En seguida tomó algunos centuriones con sus tropas, y bajó corriendo hacia la multitud. Al ver al comandante y a sus soldados, los amotinados dejaron de golpear a Pablo. El comandante se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó quién era y qué había hecho. Entre la multitud cada uno gritaba una cosa distinta. Como el comandante no pudo averiguar la verdad a causa del alboroto, mandó que condujeran a Pablo al cuartel. Cuando Pablo llegó a las gradas, los soldados tuvieron que llevárselo en vilo debido a la violencia de la turba. El pueblo en masa iba detrás gritando: ¡Que lo maten!
La biblia nos dice que seremos perfeccionados en Cristo. No algunos días ni la mayoría, sino todos los días nuestro Dios buscará purificar nuestro corazón. Nuestro corazón, como el oro, debe ser fundido para encontrar las impurezas. El proceso lleva tiempo. No se da de un día para otro. Pero los resultados son extraordinarios. Tú y yo dudo mucho que nos topemos con multitudes que busquen aplastarnos y golpeándonos griten que nos maten. Lo que sí podemos vivir, son momentos en los que tengamos una espada de un lado y una pared del otro. Momentos en los que ya no sabemos qué hacer. Momentos en los que no sabemos hacia dónde girar. Momentos en los que no sabemos cómo solucionar nuestros problemas. La desesperación, la angustia, el temor y la incertidumbre se adueñan de nosotros. Finalmente, te puedes identificar con Pablo porque de una forma u otra, también te sientes golpeado, lastimado y tirado sin poderte mover sintiendo que todo está en tu contra. ¿Te ha pasado? Estos no son los únicos ejemplos para sentirnos como Pablo. Piensa en cada momento de tu vida que has encontrado dificultad a tal grado que no te ha dejado seguir adelante. Pienso en aquellos que han perdido seres queridos, aquellos que viven en adicción, aquellos que se sienten solos y sin poderse identificar con nadie, y pienso en cada persona que no conoce a Dios y anda sin rumbo y perdido. Lo que sea que te esté pasando, te haya pasado o te vaya a pasar, Dios lo va a utilizar para dos cosas: perfeccionarte y dar testimonio. La primera se basa en lo personal. Tu vida cambia. Tu forma de pensar cambia. Tu forma de ver las cosas cambia. La segunda es en lo social. Lo que haces tiene un impacto en la vida de los que te rodean y a veces llega más allá. Aunque no lo creas, esto que lees, llega a países como Colombia, México, Estados Unidos, Italia, Canadá, Alemania, Argentina entre otros. Un solo deseo de servir y el Señor se encargó de llevarlo a todos estos lugares. ¿Qué tiene que ver esto con la historia de hoy? Que Pablo estaba siendo purificado por el Señor y utilizado para dejarnos un gran testimonio. Su vida habla hoy a millones de personas por todo el mundo. En su momento, estoy seguro que nunca imaginó el impacto que tendría todo lo que atravesaba. Probablemente sabía que Dios haría milagros, pero nunca le pasó por su mente que dos mil años después, su ejemplo seguiría presente y nos enseñaría mucho sobre cómo seguir y servir a Cristo. Tal vez hoy no puedas entender lo que te sucede, pero debes tener fe en que tu corazón debe ser renovado y que tu ejemplo impactará la vida de los que te rodean. De hecho, quieras o no, la gente te está mirando. Piensa bien qué testimonio estás dando. Piensa si estás tan enfocado en tus problemas y en tus cosas que no te has percatado de lo que tu vida habla a los demás.
Oración
Padre Santo: quiero pedirte perdón por mis pecados y perdón por no dejarte renovar mi vida y purificar mi corazón. Perdona que sea tan terco y tan egocéntrico al no preocuparme por dar testimonio de Ti. Hoy entiendo que tienes un propósito para mí así como lo tuviste con Pablo y que, a pesar de que pueda no entenderlo o ver la foto completa, si te obedezco, será de gran bendición no solo para mí sino para los que me rodean. Quiero seguirte mi Señor. Guíame en el nombre de Jesús. Amén
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