¿Qué pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozaré aún. Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
Así como el poder en malas manos causa muchos estragos, las malas interpretaciones de la palabra de Dios tienen un efecto devastador. Pablo no está diciendo que se quiere morir. Tampoco está diciendo que el vivir sea malo. Lo que está diciendo son palabras sumamente profundas que debemos analizar con cuidado y en el contexto correcto. Si utilizamos un silogismo, podríamos decir lo siguiente: estar con Dios es mejor que estar en la tierra. Cuando muera voy a estar con Dios. Por consecuencia, es mejor morir que estar en la tierra. ¿Lo puedes entender mejor? Estar en la presencia del Señor es el mejor lugar en el que podríamos estar. Piénsalo. ¿Qué lugar podría ser mejor? ¡Ninguno!
Cada uno de nosotros debe crecer espiritualmente y poco a poco vamos entendiendo el propósito de Dios en nuestras vidas. Además, nuestro discernimiento se va fortaleciendo y comenzamos a reconocer situaciones que otras personas no pueden. Así, Pablo entendió perfectamente lo que el Señor estaba haciendo. Pero no se termina ahí. Entendió que esto traería mayor plenitud a su vida que el intentar buscar esa satisfacción en algún otro lado. En los versículos anteriores vemos que se encontraba angustiado por sus discípulos en Filipos. Pero en lugar de quedarse en fijación con esa preocupación, entiende que debe entregarla al Señor y dice: con toda confianza, será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. ¿Qué más podía hacer? ¡Nada! Así mismo te pregunto: ¿Qué más puedes hacer para resolver tu situación? ¡Nada! Lo único que debe preocuparnos es estar día a día compartiendo el evangelio y haciendo discípulos para Cristo. Debemos estar preocupados por aquellos que se encuentran peleados con el Señor. Debemos estar preocupados por aquellos que mienten y son groseros, por los que sufren adicciones, por los que engañan a sus parejas, por cada una de esas personas que nos hacen daño, por todos ellos debemos estar preocupados pues llevan una vida sin Cristo. En tinieblas. Tratando de sobrevivir como el mundo les ha enseñado. Mientras tanto, tú y yo vivimos con el amor, gozo y bendiciones de nuestro Creador. ¡Esto no está bien! Por esta razón Pablo dice que el vivir es para el Señor, de lo contrario, ¿qué sentido tiene? Piénsalo. Si no vivimos para Cristo, ¿Para quién estamos viviendo? Si no obedecemos y seguimos a Jesús, ¿Hacia dónde nos estamos dirigiendo? Mejor sería estar muerto pero en la presencia de Jehová, que vivo y desperdiciando el tiempo en cosas del mundo. ¿Puedes ver lo profundo de las palabras de Pablo? Va más allá de querer vivir o morir. Está tratando de enseñarnos el sentido de vivir: Servir.
Si tienes la bendición de ser hijo de Dios, tu deber es ir y compartir ese enorme regalo con más personas. No te guardes tan grande dicha. No seas una presa que no permite que el río fluya. Mejor conviértete en un canal que permite que la reconciliación con Dios Padre llegue a cada persona que cruza tu camino. Eso es vivir en Cristo. Aprovecha tu tiempo. No sabes cuándo serás llamado.
Oración
Padre: cuántas gracias te doy por permitirme tener comunión contigo. Te doy gracias por tu amor y tus bendiciones. Te doy gracias por darle sentido a mi vida y, aunque no siempre entienda tu voluntad, sé que todo es para bien. Te pido que mi vida sea un conducto para que tus bendiciones lleguen a más personas y que tu nombre se manifieste en cada rincón por el que camine. Transforma mi forma de pensar y de actuar. Te lo pido en Cristo Jesús. Amén.
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