Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre (no solo en mi presencia sino mucho más ahora en mi ausencia) lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.
Cuando lees en 1Corintios 1:18 que la palabra de la cruz es locura a los que se pierden , pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios, toma sentido cuando lo juntamos con Filipenses 2:12-13. Lee los versículos nuevamente considerando lo escrito en Corintios. ¿Cómo poder entender el que Dios produzca el querer como el hacer? ¿Acaso no decido yo? Suena un tanto loco ¿No crees? Por esta razón junté corintios con filipenses. Para recordar que, la fe, muchas veces juega un papel importantísimo en nuestra comunión con Dios y en la lectura y comprensión de su palabra. Si no has dado ese primer paso de fe, definitivamente será locura el leer que Dios produce el querer como el hacer. Por el contrario, si ya has entregado tu vida al Señor y quieres crecer espiritualmente, puedes entender que estas palabras se transforman en poder. Poder para ser renovados. Poder para transformar tu mente y tu corazón. Poder para caminar el camino que parecía imposible. Poder para poder reaccionar diferente. Poder para perdonar lo imperdonable. Poder para amar lo detestable. Poder para deshacerte de tus cargas y amarguras y llevar una carga ligera. ¿Te das cuenta? Para algunos, el que nuestro Señor produzca el querer y el hacer en nosotros no tiene sentido y causa confusión mientras que para nosotros, son palabras que producen gozo y poder. No se trata más de nosotros y nuestros problemas sino del Señor y de cómo entregar nuestra vida a Él. No se trata de obedecer mientras somos observados sino de obedecer con gozo y agradecimiento porque nos amaron y perdonaron sin merecerlo.
No tienes pretexto para cambiar. No puedes seguir diciendo: es que no puedo. De hecho, ese es el primer escalón: reconocer que no puedes y pedir al Señor que sea Él quien produzca el cambio en ti. El cambio es interior y la manifestación es con tu testimonio exterior (tus obras). Reconoces tu necesidad de Cristo y posteriormente pides que Él gobierne y reine en tu vida. Imagina que el asesino puede pedir porque su corazón sea renovado. Aquél que tiene problemas de fidelidad, de adicciones, de autoestima, de rencor, de soledad, de explosividad y agresividad, cada uno de nosotros puede ser transformado por el cambio que produce Dios en nosotros. Por esta razón debemos entender que Él nos ama tal y como somos sin importar lo que hayamos hecho y lo “enfermos” que podamos estar. Él nos ama incondicionalmente y sabe que puede renovar nuestras vidas sin importar lo destrozadas y gastadas que estén. ¿No te gustaría empezar de nuevo? ¿No te gustaría corregir tus pasos y el rumbo que estás tomando? Hoy Dios te ofrece esa oportunidad. No importa cómo estás llegando. Lo que importa es que hoy quieras caminar distinto. Lo que importa es que reconozcas que necesitas a Jesús para poder deshacerte de todo lo que te está aplastando e impidiendo tener paz y gozo. Toma tu decisión. No esperes más.
Oración
Señor: no entendía por qué produces el querer como el hacer hasta hoy que reconozco que no puedo seguir más. Hoy entiendo que mi camino no me lleva a un final de bendición y quiero corregir mi destino. Te necesito. Te pido perdón. Te pido que produzcas en mí lo que nunca podría existir sin tu Espíritu. Te pido que renueves mi corazón. Te pido renueves mi mente. Te pido que renueves mis actitudes. Dame dirección. Quiero caminar en tu dirección y siempre seguir tu voz. En Cristo Jesús. Amén
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