Si
alguno ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a muerte, ore por él y
Dios le dará vida. Me refiero a quien
comete un pecado que no lleva a muerte.
Hay pecado que sí lleva a la muerte, y en ese caso no digo que se ore
por él. Toda maldad es pecado, pero hay
pecado que no lleva a la muerte.
La
carta a los romanos en el capítulo 6 verso 23 dice: porque la paga del pecado
es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús nuestro
Señor. ¿Se está contradiciendo la
biblia? Si por un lado nos dice que el
pecado es muerte, cómo es posible que al mismo tiempo otro pecado no sea
muerte. Cuando algo así sucede, recuerda
que tenemos que ir a la biblia e investigar más para encontrar claridad. En el libro de Génesis, encontramos a Dios
diciendo que el pecado (la maldad) de la gente llegó al punto que decidió
terminar con toda la humanidad excepto Noé y su familia. De la misma forma, encontramos más adelante,
que el pecado de Sodoma y Gomorra terminaron en muerte inmediata para esas
ciudades. En el libro de los hechos,
encontramos a Ananías y Safira que, al intentar engañar a los discípulos,
mueren inmediatamente. Podríamos
entonces entender, que la muerte a la que se refiere Juan en este caso es
similar a la que atravesaron estos ejemplos.
Una muerte inmediata. Una muerte
en la que Dios decide el momento y no permite que se peque más. Por otro lado, también podemos pensar que
busca aclarar las confusiones que existían entre ciertas tradiciones judías que
no estaban en línea con el evangelio.
Aquí vemos muchos ejemplos con Pablo.
En repetidas ocasiones le cuestionaban sobre su comunión con gentiles o
su alimentación entre otras cosas, pensando que eran pecados lo que estaba
haciendo. Claramente estos no son
pecados de muerte como se refiere la carta a los romanos. Ahora, podríamos hacer un estudio exhaustivo
sobre este tema y llenarnos de información que al final no nos llevaría a
crecer espiritualmente o, podemos tratar de entender qué nos quiere decir Juan
como mensaje y cómo debemos aplicarlo a nuestra vida. Lo primero que vemos es la necesidad de orar
por nuestros hermanos. No juzgar. Orar. No
señalar y minimizar. Orar. No burlarse ni sentirse superior. Orar. Todos
necesitamos estar orando unos por otros.
Todos caemos. Todos pecamos. No nos espantemos por la palabra pecado. ¿A quién engañamos? El hecho de hablar de Dios e ir a la iglesia
no quiere decir que hayamos dejado de pecar.
Si bien, el pecado ya no reina en nosotros, nuestra naturaleza sigue
siendo caída. El mensaje es la oración
por nuestros hermanos. El mensaje es que
Dios da vida. El mensaje es que el Señor
escucha las oraciones que hacemos por nuestros hermanos. ¡Oremos!
No por hipocresía sino porque entendemos la gran necesidad que hay entre
nosotros. Ora por mí. Ora para que el Señor me de vida. Lo necesito.
Y así también lo necesitas tú. Oremos
los unos por los otros para que Dios nos de vida y el pecado no sea señor en
nuestras vidas.
Oración
Padre:
te pido perdón por mis pecados. Te pido
por mis hermanos en la fe para que les des vida y los fortalezcas en la
fe. Te pido que no permitas que nos
separemos de ti y que el pecado no reine en nosotros sino tu Espíritu. Guíanos mi Señor en todo momento. En el nombre de Jesús. Amén
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