Consideren la grandeza
de ese hombre, a quien nada menos que el patriarca Abraham dio la décima parte
del botín. Ahora bien, los descendientes
de Leví que reciben el sacerdocio tienen, por ley, el mandato de cobrar los
diezmos del pueblo, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también son
descendientes de Abraham. En cambio,
Melquisedec, que no era descendiente de Leví, recibió los diezmos de Abraham y
bendijo al que tenía las promesas. Es
indiscutible que la persona que bendice es superior al que recibe la bendición.
A mi parecer, cada día
nos alejamos más y más de ciertas costumbres y tradiciones que nos complican
entender lo que culturalmente explica la biblia. No sólo es difícil por ser una cultura
oriental y la nuestra occidental sino que además, conforme pasan los años,
nuestras costumbres también cambian.
Recordemos por ejemplo, la gran importancia del sacerdocio y, sobre
todo, de la genealogía de ese sacerdocio.
En los tiempos de Jesús, los mismos fariseos le replicaban diciendo que
eran hijos de Abraham y por consecuencia, tenían el cielo asegurado. Había un extremismo en cuanto a la genealogía. Ojo, Dios mismo había explicado la
importancia en cuanto a la misma.
Incluso, se les había prohibido juntarse con gentiles y que siguieran a
otros dioses. Por eso, la biblia nos
deja un gran detalle sobre la posición que Melquisedec tenía. Irónicamente no se nos dice casi nada de él pero
sí se aclaran perfectamente sus características. ¿Y qué podemos aprender de todo esto? Que Cristo, no es cualquier sacerdote. Querían disminuir su esencia divina a humana
y por ello se aclara a través de Melquisedec que Jesús no tiene que ver con
Leví sino que está por encima de él.
Sabemos que Jesús tiene su genealogía basada en la tribu de Judá. Hijo de David. Confirmando así, el nuevo pacto y el freno a
la necesidad de seguir con el sacerdocio y los sacrificios.
A pesar de que dos mil
años han pasado, hoy día seguimos viendo el mismo comportamiento en la gente al
querer negar la divinidad de Cristo.
“una gran persona; un gran ejemplo; un revolucionario” y así muchos
otros adjetivos. Error. Cristo es Dios mismo. El pasaje de hoy nos explica que Melquisedec
recibió el diezmo sin ser descendiente
de Leví. Algo totalmente en contra de lo
que debía ser. También los pasajes
anteriores nos dicen que Jesús es sumo sacerdote según el orden de
Melquisedec. Si con esto aprendemos que
Melquisedec es mayor que Leví, podemos concluir que el sacerdocio de Jesús es,
por lo tanto, mayor al de Leví. Cristo
es nuestro sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Tal vez no te cause mucho impacto leer esto
pero su significado es enorme. Rompe con
la genealogía de Leví y cumple con las profecías acerca del Mesías. Ahora, ¿qué lugar tiene Jesús en tu
vida? En tu mente y en tu corazón debes
tener claro que es Dios hecho hombre y que no hay absolutamente nada ni nadie
están por encima de Él. Ningún otro hombre. Ningún otro “santo”. Nadie.
Él es el único camino y no debes dejarte confundir.
Oración
Señor: gracias por tu
palabra y por enseñarme a no desviarme de tu camino. Gracias por la vida de Jesús y por cumplir
tus profecías y promesas en Él. Gracias
por permitirme leer y estudiar tu palabra y abrir mis ojos a tu grandeza y poderme
sorprender de la exactitud con la que tus promesas se han cumplido. Gracias Señor en el nombre de Jesús. Amén
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