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25 ago 2014

Hebreos 11:22

Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales.



Los israelitas estuvieron como esclavos de Egipto 430 años.  José vivió 110 años.  Ya sea que estuvo en la época de la esclavitud o no, por lo menos pasarían 320 años para que se cumpliera lo que había dicho.  Este es el perfecto ejemplo de una fe puesta en práctica.  No importa cuánto tiempo falte para que se cumpla una promesa.  No importa que las cosas se vean distintas y parezca que no pasa nada.  Cuando Dios habla, todo se cumple.  José lo sabía y por ello da instrucciones sobre qué hacer con sus restos mortales.  Sin embargo, José no tuvo esa fe de un día para otro.  Fue un crecimiento constante.  Primero estuvo a punto de ser asesinado por sus hermanos y cambian de opinión para venderlo como esclavo.  Es puesto en la cárcel con cargos falsos.  Posteriormente le acusarían de intento de violación.  Así atravesaría varias injusticias pero siempre se mantuvo fiel y con la fe puesta en el Señor.  Dios lo bendijo y llegó a ser la segunda persona más importante del reino de Egipto.  José presenció en carne propia los milagros del Señor mientras que al mismo tiempo sufría injusticias.  La diferencia entre él y la mayoría de nosotros es sencilla: en lugar de vivir quejándose y cuestionando todo lo que le pasaba, él se mantenía firme en obedecer y servir a Dios.  ¡Ahí está la clave!  El mismo Jesús lo confirmó en Mateo 6:36 donde nos dice que busquemos el reino de Dios y él se encargará de darnos todo lo que necesitamos.  Pero tristemente se nos olvida.  Tenemos un mal día.  Una mala semana o incluso meses que las cosas no salen bien.  Pensamos que esos milagros y promesas no son para nosotros.  Nos confundimos.  Nos desanimamos.  Todo porque nuestra fe no es firme ni está bien desarrollada.  Hoy es tiempo de cambiar y crecer esa fe.  ¿Cómo?  A través de la palabra de Dios.  Sea cual sea tu situación, Dios está ahí.  No te ha abandonado.  No quiere verte sufrir.  Tal vez es necesario que trabajes con tu orgullo y soberbia y aprendas a doblar tus rodillas y a depender al cien por ciento de su voluntad.  ¡Hay tantas cosas que debo cambiar que no tiene sentido enfocarnos en un solo ejemplo!  Piensa en tu vida y ponla a la luz de la palabra de Dios.  Es un ejercicio fácil y rápido para darte cuenta qué debes cambiar.  Si no puedes encontrar nada.  Quiere decir que tu corazón está duro y tus oídos no están escuchando. 
José vivió prueba tras prueba.  Una y otra vez.  Las atravesó de manera tan ejemplar que su vida quedó grabada para tenerla como motivación y meta a seguir.  En ocasiones olvidamos que Roma no se construyó en un día y queremos que nuestra madurez espiritual sea como la de los ejemplos en la biblia.  No te desesperes ni te desanimes.  Es un proceso y Dios a penas está empezando.  Utiliza estos grandes ejemplos como una meta y que tu propósito sea alcanzar esa excelente fe que ellos llegaron a tener y demostrar a través de sus acciones.

Oración

Señor: aquí estoy para escucharte y corregir mis pasos.  Vengo con mi corazón humillado y mis rodillas dobladas reconociendo que Tú eres Dios.  Quiero vivir como José.  Con mi fe puesta en Ti sin importar lo que esté atravesando.  Quiero dejar de quejarme y vivir buscando tu reino en todo momento.  Guíame para que así sea.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

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