Cuando ves una película por primera
vez, todo te sorprende y puedes estar inquieto y especulando sobre el
final. No más de dos horas después,
llega el desenlace y todas esas dudas han sido resueltas. Si vuelves a ver esa película, dejas de
pensar en qué pasará y comienzas a fijarte en otras cosas. De cierta manera la puedes disfrutar
más. Te das cuenta de algunos detalles
que no habías notado la primera vez y gozas cada momento. ¿Cómo puedo aplicar esto a mi vida? Simple.
Yo conozco el final de mi vida.
Yo conozco el final de tu vida.
¿Quieres saber cuál es? Dios
triunfa. La victoria es de Jehová. Satanás no puede hacer ni una pequeña lucha
mientras es aprehendido y lanzado al infierno.
La biblia nos dice en 1Corintios 15:57, mas gracias sean dadas a Dios,
que nos da la victoria por medio de Jesucristo.
En 1Juan5:4 dice: porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y
esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe. Juan 16:33 dice: yo les digo esto para que en
mí tengan paz. En este mundo afrontarán
aflicciones, pero ¡anímense! Yo he
vencido al mundo.
A veces leemos un pasaje como el de
hoy donde nos anima a estar confiados en el Señor. Nos alegramos por un momento pero pronto se
nos olvida cuando las circunstancias nos abruman nuevamente. Por esto debemos acudir a la palabra y tomar
la perspectiva correcta y completa.
¿Cómo puedo descansar y confiar en Dios?
Sabiendo que él ha vencido. Sabiendo
que me advierte que vendrá dificultad pero no debo temer. Sabiendo que la victoria, sea lo que sea que
atraviese, la ha dado Jehová. ¡Así es
como llega la confianza y la paz! Con hechos. Con la palabra de Dios reafirmando y enseñándonos
a caminar en su voluntad.
Cuando David escribe: no permitas
que sea humillado y que mis enemigos no se burlen de mí, se refiere
principalmente a que su obediencia al Señor no sea vista como algo de lo cual
los demás se burlen sino que sirva de testimonio. Lo que David está pidiendo es que la gente no
piense que por su situación, Dios sea minimizado. Tristemente es muy común que pase algo
así. Cuando nos equivocamos, cuando las
cosas no van bien, la gente es rápida para señalar y cuestionar nuestra
fe. Por ello David pide al señor que no
sea avergonzado ni que sus enemigos piensen que han logrado vencer a
Jehová. ¿Te das cuenta de lo profundo de
este versículo? Primero ponemos en orden
nuestros principios recordando que nuestra confianza está en Aquél que
venció. Posteriormente buscamos que su
reino sea manifestado. Lo que sea que
nos abruma no debe ser prioridad en nuestras oraciones sino el entender quién
es Dios y cómo podemos servirle. Piénsalo. No estoy diciendo que no traigas tus
problemas al Señor. Al contrario. Siempre trae todas tus cargas a él. Sin embargo, lo que estoy diciendo es que
debemos tener perspectiva espiritual de las circunstancias carnales. ¿Qué urgencia hay de lo que nos sucede en el
cuerpo cuando nuestro espíritu debe darle primero la gloria al que nos rescató? ¿Qué urgencia tiene nuestro problema cuando
Dios nos dice que no temamos pues él venció?
¿Qué urgencia puede robar nuestra paz cuando él nos dice que nos gocemos
en las pruebas? Dios revoluciona nuestra
manera de pensar y de vivir. Abre tu
mente. Abre tu entendimiento. Aprende a separar lo espiritual de lo carnal para
que encuentres la increíble sabiduría de Jehová y puedas vivir confiado.
Oración
Padre: perdóname. Sé que he pecado y vengo a pedirte
perdón. Vengo a entregarte mi vida y
pedirte que me renueves. Transforma mi
corazón y mi mente para que pueda entender tu palabra y vivirla
diariamente. No permitas que mis errores
confundan a la gente sobre tu grandeza ni que sea tropiezo para los demás. Gracias por tu amor y cuidado; gracias por
haber vencido. Gracias en el nombre de
Jesús. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario