NVI- Deuteronomio 6:6-7

Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.

¿Te ha pasado que escuchas una canción o algún comercial y por alguna razón se te “pega” y lo estás repitiendo todo el día?
No entiendo por qué está bien visto que andemos cantando una canción de cualquier artista todo el día, o que en tu auto pongas la música a buen volumen con tus canciones favoritas, pero cuando se trata de una canción que da gloria a Dios, TODO CAMBIA. Te puedes aprender los diálogos de tu película favorita, te sabes de memoria TODAS las canciones de tu artista favorito y eso es NORMAL.
Pero aprenderte versículos de la Biblia y repetirlos no está bien visto. La gente ya empieza a decir que es fanatismo y que es “mucho”.
Medita por un momento cuántas cosas has aprendido y podrías repetir. ¿No te gustaría tener mayor conocimiento de lo que Dios dice?
Dios quiere que pongas atención a su palabra. Que las escuches y que las GRABES en tu corazón. Que además enseñes a tus hijos de ella y los instruyas conforme a lo que está escrito. ¡Qué gran responsabilidad para los padres! No está preguntando Dios si regresas cansado del trabajo y por eso ya no les hablas de El a tus hijos. Te está diciendo que debes inculcar a tus hijos en su Palabra.
También debes reflexionar sobre tus primeros y últimos actos del día. ¿Qué haces cuando te levantas? ¿Quejarte y querer dormir más? ¿Qué haces cuando te vas a dormir?
¿En tu casa hablas de Dios? ¿O prefieren evitar conflictos y nadie dice nada?
Por otro lado, me he dado cuenta que algunas personas tienen un concepto del cristiano como alguien que sabe mucho de Dios.
¡Qué triste que nuestro testimonio se quede ahí!
No se trata de “saber” de la Biblia. Se trata de VIVIR conforme a ella.
Qué diferente sería que el concepto del cristiano fuera: “esa persona vive diferente”.
Da a Dios el lugar que le corresponde, el primero y sobre todas las cosas. Aprende de su palabra, estúdiala, medita en ella, grábala en tu corazón para que la recuerdes en momentos difíciles e incluso para poder dar consejo. No permitas que en tu casa no se hable de ella. Que tus hijos (o padres) no se pierdan la oportunidad de escuchar de la Palabra de Dios.
¡Recuerda que Dios está viendo por tu bien! Tú serás bendecido al aprender de su Palabra.

Oración
Señor: gracias por ser tan bueno. Te doy gracias por mi vida y por todo lo que me has permitido hacer. Hoy quiero comprometerme contigo a estudiar más de tu palabra y a vivir conforme a ella. Te pido porque pueda hablar de ti en mi hogar y que mi familia pueda escuchar de Ti. Quiero grabar tus mandamientos en mi corazón y aprender a meditar en ellos de día y de noche. Permíteme empezar mis días recordándote y hablando contigo. Te lo pido en Cristo Jesús.
Amén