Mis
queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre un
intercesor, a Jesucristo, el Justo. Él
es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros
sino por los de todo el mundo.
Me
gusta escuchar otras opiniones con respecto a Dios o dioses. Me gusta conocer lo que otras personas
piensan y cuáles son los argumentos que tienen para no creer en el Dios de la
biblia. Algo que he aprendido al juntar
lo que la gente dice con lo que Dios dice es que el Dios de la biblia es
soberano. Él decide. Él establece los parámetros. Él es quien nos creó. Él es quien quiere tener comunión con
nosotros. Él nos dice cómo sucederán las
cosas. Él nos dice cómo ser
perdonados. No se trata de lo que yo
piense. No se trata de lo que tú
pienses. Se trata de lo que Dios piensa
y eso me llena de seguridad. No estoy
siguiendo una religión en la que muchas personas han aportado a ella juntando
sus ideales. No. Estoy siguiendo los parámetros que el Dios
creador estableció. Sobre esta misma
línea, un punto de constante debate es Jesús y su sacrificio. La gente no comprende el sacrificio que
hizo. Tampoco reconocen la necesidad de
ser perdonados. Por consecuencia, ni
siquiera entienden que están mal. Ahora,
no los juzgo, ¡yo estaría igual! Fue la
gracia de Dios la que me permite hoy estar escribiendo acerca de Él y no
negándole con mis actos. Pero nosotros,
que estudiamos y conocemos la palabra de Dios, debemos tener claro quién es el
Cristo. Debemos tener claro que Él es
Dios y Él ha establecido los parámetros para tener comunión con Él. Él ha establecido quién va a al cielo y quién
no. No nosotros. No un grupo de personas ejemplares. No.
Dios mismo lo decidió.
El
día de hoy, Juan nos dice que Cristo es nuestro intercesor. A través de Él somos perdonados y
reconciliados. No a través de buenas
obras. No a través de confesarnos con
alguien más. No. A través del sacrificio que realizó una sola
vez y para siempre es la única manera en la que nuestros pecados pueden ser
perdonados. Ahora, el mensaje de Juan es
de esperanza y no de juicio. No seamos
pesimistas y busquemos pretextos para no creer en la biblia. La gente critica el hecho de que debemos
pedir perdón en lugar de gozarse el hecho de tener a un Dios amoroso que quiere
llenarnos de bendiciones. Prefieren
señalar en lugar de auto examinarse. No
nos contagiemos de esas malas costumbres.
Hoy Juan nos está recordando que el Cristo intercede por nuestros pecados. Nos recuerda que debemos buscar ser
diferentes y estar en constante transformación para parecernos más a nuestro
Dios. Nos recuerda que Su mensaje es de
esperanza. El sacrificio de Cristo cubre
mis pecados y también cubre los tuyos. Lo
único que debes hacer es pedir perdón por tus pecados.
Oración
Señor:
te pido perdón por mis pecados. Gracias
por haber mandado a Jesús para morir por mí y poder ser mi intercesor. Te pido que mi vida pueda estar alineada
conforme a tus principios y tu voluntad.
Gracias por el mensaje de Juan y la esperanza que conlleva. Gracias en el nombre de Jesús. Amén
No hay comentarios:
Publicar un comentario