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17 oct 2013

1 Juan 3:4-8


Todo el que comete pecado quebranta la ley; de hecho, el pecado es transgresión de la ley.  Pero ustedes saben que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados.  Y él no tiene pecado.  Todo el que practica el pecado, no lo ha visto ni lo ha conocido.  Queridos hermanos, que nadie los engañe.  El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio.  El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.



Te voy a pedir que vuelvas a leer el pasaje con detenimiento y pienses si hay incongruencia en lo que dice Juan.  Básicamente vemos dos grupos de personas: los que practican el pecado (que son del diablo) y los que no practican el pecado (que son de Jesús).  ¿Esto quiere decir que yo ya no peco?  ¿Qué pasa si vuelvo a pecar?  ¿Quiere decir que cada vez que peco soy del diablo?  Tenemos que utilizar más información de la biblia para poder responder a estas interrogantes y entender correctamente el pasaje.  La palabra nos dice que todos, absolutamente todos nosotros nacemos de una carne corrupta y caída.  Por consecuencia, el pecado está en nosotros.  Cuando recibimos el perdón de Dios y Cristo viene a nuestro corazón, no quiere decir que de un instante a otro no volveremos a cometer ningún pecado en nuestra vida.  Lo que quiere decir es que el pecado ya no reina más sobre nosotros sino Cristo quien ha vencido al pecado al sacrificar su vida por nosotros.  Ahora, el pasaje no se refiere a pecar como una caída esporádica.  No.  Se refiere a aquellos que practican el pecado.  Esto quiere decir, a aquellos que constantemente están pecando y no tienen ninguna preocupación por dejar de hacerlo.  Su principal objetivo es la satisfacción y el gozo personal y no el agradar a Dios.  Si recuerdas, nacemos con una naturaleza pecaminosa.  Así que, aquellos que buscan lo suyo, forzosamente están pecando.  Este pecado y este tipo de actitudes nos separan de Dios y esto es lo que Juan nos está explicando hoy.  ¡No te confundas!  Aquellos que no les importa pecar ¡no son de Dios!  Podemos escuchar a personas que dicen ser espirituales, que hay un dios que es importante en sus vidas y que ellos creen en un ser superior, pero al final, sus vidas van en contra del Dios Creador y por consecuencia son del diablo y no de Cristo.  Pareciera que Juan escribió esto el día de ayer.  ¡Cuánta gente hoy en día se dice religiosa o espiritual mientras que están sumamente alejadas de Cristo!  No se trata de ser una buena o mala persona.  Se trata de ser o no ser hijo de Dios.  Se trata de vivir para Él o vivir para nosotros mismos.  Se trata de dejar las cadenas del pecado o seguir atado a ellas pensando que hay mayor bendición en ello.  Debemos tener muy claro que Cristo vino para liberarnos del pecado.  Él quiere que cada uno de nosotros tenga una vida abundante y no esté atado y cegado por el pecado.  Es nuestro deber entenderlo, vivirlo y compartirlo.  Por último, recuerda que ni tú ni yo decidimos quién es y quién no es de Cristo.  Eso lo decide Dios.  Lo que nos corresponde es estar alerta para no ser engañados pero sobre todo, debemos llevar el evangelio a cada rincón para que la gente sea reconciliada con el Padre.  comparte estas palabras.  No las guardes.  Serán de bendición para alguien más.

Oración
Señor: vengo a tus pies a pedirte perdón por mis pecados.  Quiero reconciliarme contigo.  No quiero estar en tu contra sino ser parte de tu linaje.  Te pido que me quites las cadenas del pecado y no lo practique más.  Te pido que mi vida sirva para que otras personas también sean rescatadas de esa esclavitud.  Te pido que Cristo brille en todo lo que yo haga mi Dios.  En Su nombre te lo pido.  Amén 

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