Aunque tengo muchas cosas que decirles, no
he querido hacerlo por escrito, pues espero visitarlos y hablar personalmente
con ustedes para que nuestra alegría sea completa. Los miembros de la iglesia hermana, la
elegida, les mandan saludos.
Recuerdo hace tiempo que fui a esquiar con
unos amigos en un viaje de un solo día.
Recuerdo que estaba emocionado y con muchas ganas. Solamente teníamos un día para aprovechar al
máximo la montaña. Había una amiga que
nunca había esquiado y necesitaba ayuda.
No puedo olvidar lo que vi. Uno
del grupo que estaba igual de emocionado y ansioso por disfrutar el día,
prefirió ir y apoyar a nuestra amiga para que pudiera aprender. Sacrificó tiempo de gozo para ir y ayudar a
alguien más. ¡Increíble para mí! No era su esposa o novia o familiar. No tenía por qué hacerlo. Sin embargo, dedicó de su tiempo para
beneficiar a alguien más. Seguramente
cuando lo hizo, no tenía idea del impacto que creó en mí. Hoy que leo las palabras de Juan queriendo ir
y hablar con la iglesia en persona, me recuerdan a este amigo. Primero piensan en los demás y luego en ellos
mismos. Tal vez tú seas una de estas
personas. Déjame decirte que tienes una
gran virtud. Ponla al servicio del Señor
y serás un instrumento de mucha bendición.
Juan nos dice: hay mucho que quiero decirles pero quiero visitarlos para
que compartamos la alegría. ¡Eso es
pensar en los demás! Personalmente
pienso que es poco práctico. ¿Por qué no
les escribe y listo? Ya iba a enviar
esta carta. Sin embargo, gracias a Dios,
cada uno de nosotros tiene distintas habilidades y debemos trabajar para ir
creciendo en aquellas que se nos dificultan.
Mi esposa es otro gran ejemplo de entrega a los demás y a través de ella
he aprendido mucho. El día de hoy yo te
animo a que medites en la actitud de Juan para con sus hermanos en la fe. ¿Cómo eres tú? ¿Les dedicas tiempo? ¿Solamente te preocupas por tus seres
cercanos? ¿Piensas primero en los demás
y luego en ti? Poco a poco he ido
dándome cuenta que el dar es mejor que recibir.
Poco a poco voy entendiendo por qué los discípulos entregan su vida al
Señor de la manera en que lo hicieron y cómo prefirieron servir por encima de
ser servidos. El ejemplo que nos dejó
Jesús no solo es para dar gloria a Él sino para que nosotros vivamos con gozo y
plenos. Piénsalo. El mundo nos dice que debemos acumular. Debemos buscar ser servidos. Debemos trabajar para nosotros mismos. Debemos cuidar a los nuestros. Mientras tanto, Dios nos dice: ama a tu
prójimo como a ti mismo; no hagas tesoros aquí en la tierra; sirve; entrega tu
vida; comparte y predica a Dios. Esto es
lo que realmente va a llenar nuestras vidas.
Por eso Cristo vivió así. Por eso
los discípulos vivieron así. Porque entendieron
la diferencia y la vivieron en carne propia.
Espero que hoy puedas salir motivado a amar y servir a tu prójimo. Despréndete de tu ego y busca la manera en
que puedas pensar primero en otra persona y luego en ti para que de la misma
forma en que Juan quería compartir la alegría del evangelio, tú puedas
compartir con alguien más el gozo de servir.
Oración
Padre: gracias. Definitivamente tu palabra trae dirección y
sentido a mi vida. Perdona que sea tan
egoísta y no me preocupe por mi prójimo. Hoy te pido que pongas en mi corazón el deseo
de servir y amar a mi prójimo. Te pido
que pueda dejar de pensar en mí y piense en cómo puedo servirte. En Cristo Jesús. Amén
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