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15 sept 2014

Hebreos 11:32-34

¿Qué más voy a decir?  Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de la flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.



Podríamos pasar días y días hablando de distintos ejemplos que la biblia nos da sobre lo increíble que es actuar en la fe.  Sin embargo, no sirve de nada si no te das cuenta que es necesario ponerla por práctica en tu vida.  Leíste bien.  Este mensaje no es para tu conocido o familiar.  No es para que pienses, “ojalá tal persona leyera esto”.  No.  Este mensaje es para ti.  De hecho, todos los mensajes son para ti.  Tal vez pueda sonar un tanto agresivo pero no es así, simplemente estoy exponiendo la verdad y a veces es dura y directa.  Llevamos treinta y cuatro versículos del capítulo once aprendiendo sobre la fe.  Es tiempo de enfrentarte.  Es tiempo de abrir tus ojos y dejar que Dios examine tu corazón y todo lo que no has querido abrir.  De otra manera ¿de qué sirve aprender de la fe?  ¿Para qué seguir leyendo sobre vidas transformadas y milagros si vas a seguir igual?  ¡No sirve de nada!  A veces necesitamos un buen empujón y espero que hoy te lo esté dando.  No.  No es un regaño ni un reclamo.  Es una motivación y al mismo tiempo un recordatorio que Dios es real y la comunión con Él también.  No podemos tener comunión cada que tenemos algún problema y no sabemos qué hacer.  Dios no debe ser nuestro último recurso.  Debe ser el primero, el segundo y nuestro único recurso.  ¿Cómo crees que las bocas de los leones fueron cerradas o que hubo escapes a filo de espada o que tuvieron fuerzas de la debilidad?  Solamente acudiendo a Dios en todo momento podemos experimentar los milagros que tiene para nosotros.  Pero mientras tanto nos gusta ser necios.  Queremos que Dios se acomode a nuestra manera y hacemos todo al revés.  Dios no ha dejado de cerrar bocas de leones y su promesa sigue en pie.  Ese Dios que prometió y cumplió hace miles de años, sigue siendo el mismo el día de hoy.  Ese mismo Dios ama a sus hijos.  Ama y protege a los que permanecen en Él.  Bendice a sus hijos quienes le reconocen, le obedecen y le sirven.  Entonces, ¿de qué lado estás?  Imagina si David no hubiera confiado que Dios le protegería y le pondría por rey.  Imagina si Daniel hubiera dudado que Dios le salvaría de los leones y del horno de fuego.  Cada uno de nosotros tiene sus pruebas en las que tiene que poner por práctica su fe.  Tenemos nuestros propios “leones acechando”.  Tú sabes qué te angustia y qué roba tu paz.  Tú sabes qué te aleja de Dios y está en el camino equivocado.  Ahora, ¿qué esperas para dar el paso correcto y comenzar a vivir por fe?

Oración
Señor: es verdad, no puedo seguir escuchando de la fe sin ponerla por práctica.  Examina mi corazón.  Examina mis pensamientos.  Perdona mis pecados y límpiame.  Te pido que deje de actuar como siempre lo he hecho y comience a hacerlo a través de mi fe puesta en Ti.  Quiero que seas mi primer y único recurso en todo momento.  Padre, guía mi vida y no permitas que me aparte de Ti.  En Cristo Jesús.  Amén


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