¿Qué más voy a decir? Me
faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y
los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y
alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las
llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de la flaqueza; se mostraron
valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.
Podríamos pasar días y días hablando de distintos ejemplos que la
biblia nos da sobre lo increíble que es actuar en la fe. Sin embargo, no sirve de nada si no te das
cuenta que es necesario ponerla por práctica en tu vida. Leíste bien.
Este mensaje no es para tu conocido o familiar. No es para que pienses, “ojalá tal persona
leyera esto”. No. Este mensaje es para ti. De hecho, todos los mensajes son para
ti. Tal vez pueda sonar un tanto
agresivo pero no es así, simplemente estoy exponiendo la verdad y a veces es
dura y directa. Llevamos treinta y
cuatro versículos del capítulo once aprendiendo sobre la fe. Es tiempo de enfrentarte. Es tiempo de abrir tus ojos y dejar que Dios
examine tu corazón y todo lo que no has querido abrir. De otra manera ¿de qué sirve aprender de la
fe? ¿Para qué seguir leyendo sobre vidas
transformadas y milagros si vas a seguir igual?
¡No sirve de nada! A veces
necesitamos un buen empujón y espero que hoy te lo esté dando. No. No
es un regaño ni un reclamo. Es una
motivación y al mismo tiempo un recordatorio que Dios es real y la comunión con
Él también. No podemos tener comunión
cada que tenemos algún problema y no sabemos qué hacer. Dios no debe ser nuestro último recurso. Debe ser el primero, el segundo y nuestro
único recurso. ¿Cómo crees que las bocas
de los leones fueron cerradas o que hubo escapes a filo de espada o que
tuvieron fuerzas de la debilidad?
Solamente acudiendo a Dios en todo momento podemos experimentar los
milagros que tiene para nosotros. Pero
mientras tanto nos gusta ser necios.
Queremos que Dios se acomode a nuestra manera y hacemos todo al revés. Dios no ha dejado de cerrar bocas de leones y
su promesa sigue en pie. Ese Dios que
prometió y cumplió hace miles de años, sigue siendo el mismo el día de
hoy. Ese mismo Dios ama a sus
hijos. Ama y protege a los que
permanecen en Él. Bendice a sus hijos
quienes le reconocen, le obedecen y le sirven.
Entonces, ¿de qué lado estás?
Imagina si David no hubiera confiado que Dios le protegería y le pondría
por rey. Imagina si Daniel hubiera
dudado que Dios le salvaría de los leones y del horno de fuego. Cada uno de nosotros tiene sus pruebas en las
que tiene que poner por práctica su fe.
Tenemos nuestros propios “leones acechando”. Tú sabes qué te angustia y qué roba tu
paz. Tú sabes qué te aleja de Dios y
está en el camino equivocado. Ahora,
¿qué esperas para dar el paso correcto y comenzar a vivir por fe?
Oración
Señor: es verdad, no puedo seguir escuchando de la fe sin ponerla por
práctica. Examina mi corazón. Examina mis pensamientos. Perdona mis pecados y límpiame. Te pido que deje de actuar como siempre lo he
hecho y comience a hacerlo a través de mi fe puesta en Ti. Quiero que seas mi primer y único recurso en
todo momento. Padre, guía mi vida y no
permitas que me aparte de Ti. En Cristo
Jesús. Amén
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