Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan
grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del
pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por
delante.
Romanos 7:17 dice: De manera que ya no soy yo quien hace aquello,
sino el pecado que mora en mí. A
veces no es fácil entender el pecado. La
biblia nos dice que sin Cristo somos esclavos de él pero muchas veces, aun
teniendo al Señor en nuestras vidas, pareciera que el pecado sigue reinando en
lo que hacemos. ¿Qué pasa? ¿Por qué no podemos cambiar? ¿Por qué cuesta tanto trabajo? Más adelante en el mismo capítulo de Romanos
dice: porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero eso hago. Y leemos el pasaje de hoy diciendo que
debemos despojarnos del lastre que nos estorba y nos asedia. El pecado no puede ser definido por
nosotros. No podemos decir: yo creo que
el pecado es esto o aquello como muchos piensan. El pecado lo definió Dios y tristemente mora
en nosotros desde que nacemos. Si bien,
Dios se hizo hombre y se sacrificó para limpiarnos de ese pecado, mientras
vivamos en este cuerpo carnal, el pecado seguirá siendo parte de nosotros. Ahora, ¿quiere decir que puedo pecar? Muy válida la pregunta, pero la misma biblia
nos contesta en 1 Corintios 10:23 todo me es lícito pero no todo me
conviene; todo me es lícito pero no todo edifica. ¿Lo puedes entender ahora? El hecho de tener que “cargar” con el pecado
no nos da excusa alguna para seguir pecando.
¡Al contrario! Es una excelente
causa para dar testimonio manteniéndonos firmes para no caer en él y justamente
eso es lo que nos dice el pasaje de hoy.
Hay mucha gente alrededor tuyo que necesita ver que se puede vivir de
manera distinta. Hay mucha necesidad de
Dios y de la esperanza que Él da. Tú que
conoces a Cristo debes ser luz para los que están en oscuridad. Tus acciones causan un impacto mucho mayor al
que te imaginas. De hecho, si proclamas
que eres seguidor de Jesús, te puedo asegurar que habrá más gente
observándote. Tratarán de ver si lo que
dices y crees es real aunque tristemente también estarán esperando que caigas y
cometas errores para justificarse y decir “todo es lo mismo”. Por eso, recuerda constantemente este pasaje
y busca permanecer fiel y firme. Da un
buen testimonio y despójate de ese lastre que no trae nada bueno a tu vida.
Por último, el pasaje nos dice que corramos con perseverancia. ¿Qué quiere decir? Que debes saber de antemano que habrá
momentos en los que quieras “echar la toalla” y abandonar el camino. ¡No lo hagas!
Es normal. Todos pasamos por
momentos así. La perseverancia entra en
acción cuando te sientes así. Cuando
estás cansado y no entiendes lo que está pasando. No te desanimes. No pares.
Recuerdo hace casi un año cuando corrí mi primer medio maratón. Había empezado muy rápido y en los kilómetros
finales mi cuerpo gritaba que parara. Mi
mente dijo que siguiera a la meta y así lo hice. Terminé sin parar y el gozo fue
extraordinario. La vida en Cristo es un
gozo mucho mayor pero también habrá momentos en los que queramos parar y no
continuar. No hagas caso. Deja que el Señor siga reinando en tus
acciones y transformando tu vida.
Oración
Padre: perdona mis pecados. Hoy
entiendo que debo escoger mejor mis acciones y tener un testimonio agradable a
Ti. Entiendo que la gente que me rodea
debe ver la esperanza que hay en Ti a través de mi vida. Entiendo que el pecado no debe reinar en mí
sino tu Espíritu. Entiendo que es una
carrera espiritual y quiero perseverar en Ti.
Hoy vengo a Ti y te pido que me cambies.
Te pido que me guíes. Te pido que
reines en mi. Estoy cansado. Estoy confundido. Lléname de Ti. De tu amor.
De tu paz. De tu gozo. En Cristo Jesús. Amén
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