Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes,
pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en
libertad. Otros sufrieron a prueba de
burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad,
asesinados a filo de espada. Anduvieron
fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando
necesidades, afligidos y maltratados.
La vida no es fácil. Ya lo
sabías antes que lo leyeras. Tristemente
hay personas que se aprovechan de aquellos que están pasando situaciones
difíciles y utilizan el nombre de Jesús para engañarlas y tomar ventaja. Sí. La
biblia está llena de promesas. Sí. Dios te ama y quiere bendecirte. Sí.
Dios nos da paz como en ningún lugar la podemos encontrar. Sin embargo, conforme uno estudia y aprende
de la biblia, la palabra misma de Dios, se encuentra con un común denominador:
el sufrimiento físico es parte de nuestra vida y por lo tanto parte también de
nuestro crecimiento espiritual. Me
explico mejor. A diferencia de lo que algunos
predican sobre la abundancia y el bienestar en todo momento a través de Cristo,
la biblia nos enseña que el atravesar problemas o situaciones difíciles es
parte de nuestro crecimiento espiritual y debemos verlo como algo normal. Perder un empleo. Perder a un ser querido. Tener problemas económicos. Estar solo.
Estar deprimido. Sufrir algún
problema de salud. Ser engañado. Como siempre he dicho, hay miles de ejemplos
y solamente tú conoces el tuyo. Te pido
que vuelvas a leer el pasaje poniendo atención a lo que los creyentes
atravesaron y recordando que estamos estudiando la fe. ¿Puedes ver lo equivocado que es pensar que
Dios solamente quiere bienestar físico?
¡Eso no predicó Cristo! Todo lo
contrario. Él nos dijo que en este mundo
tendríamos aflicción. Él nos dijo que
cada día tiene su propio mal. Él nos
dijo que seríamos perseguidos. El
problema llega cuando pensamos que no está bien predicar con estos temas. Nos enfocamos en el amor y la gracia
desechando una parte vital en nuestro camino con Él: las pruebas. Absolutamente todo lo que vivimos nos ayuda a
formar nuestro carácter espiritual. En
cada decisión estamos optando por lo carnal o por el espíritu. No es exageración. Es un hecho.
Si estás en abundancia o en escases, da gracias a Dios. Él vino a reconciliarnos con Dios Padre y
liberarnos de la esclavitud al pecado.
Vino a darnos vida eterna y esperanza.
Vino a enseñarnos que esta vida es temporal y que lo material no es
importante sino lo espiritual. Los apóstoles
lo entendieron al igual que los discípulos que aparecen como ejemplo en este
pasaje y no conocemos sus nombres. ¿Lo
puedes entender tú? ¿Puedes desprenderte
de lo físico y material para abrazar lo espiritual? No importa si tu situación es muy
complicada. No puedes excusarte diciendo
que no entendemos lo que estás viviendo.
¡Tienes razón! No lo
entendemos. Sin embargo, no tenemos que
comprenderte para decirte lo que Dios quiere de ti. Dejemos atrás nuestro cuerpo carnal y
aprendamos a caminar día a día a través del Espíritu. Solamente así podremos realmente tener una
buena comunión con el Señor.
Oración
Padre: perdóname. He pecado
contra ti. Busco lo material y lo carnal
y te hago a un lado sin dejarte parte en mi vida. Pensaba que creía en Ti pero me doy cuenta
que no puedo creer y hacer las cosas a mi manera sino que deben ser a tu
manera. Tú conoces mi corazón y mi situación. Tú sabes qué me cuesta trabajo hacer. Te pido me des fuerza para no volver atrás y
caminar siempre siguiendo tus pasos. Transfórmame. Renuévame.
Quiero aprender a vivir en el espíritu y morir a la carne. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén.
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