Entonces llevaron a Pablo a una reunión del Areópago. ¿Se puede saber qué nueva enseñanza es esta que usted presenta? Le preguntaron. Porque nos viene usted con idease que nos suenan extrañas y queremos saber qué significan. Es que todos los atenienses y los extranjeros que vivían allí se pasaban el tiempo sin hacer otra cosa más que escuchar y comentar las últimas novedades.
No quiero pasar por alto el hecho de que fue llevado al Areópago. De cierta manera es como si lo hubieran llevado al congreso para que lo escucharan los diputados y senadores. Piénsalo. Un extranjero acaba de llegar e inmediatamente lo llevan a la cúpula de la sociedad para que hable. ¡Esto es Dios trabajando y mostrando sus planes! Tenemos que ser sensibles a estos eventos. Estoy seguro que si examinas tu vida con un corazón dispuesto a encontrar las bendiciones del Señor, te encontrarás con muchos momentos como éste. Milagros que no puedes entender o explicar y que simplemente pasaron. ¿Cómo llegaste ahí? ¿Cómo pasó esto o aquello? Dios es la respuesta. Puede ser que en su momento no lo pudiste relacionar y “conectar los puntos” pero hoy, viendo atrás, puedes darle gloria a Él. No había pasado mucho tiempo de que Pablo se encontraba en una cárcel injustamente y ahora se encontraba en el centro de la cultura y letras entre otras cosas. Así son los planes de Dios. Difíciles de entender. De hecho, ¿Por qué habríamos de entenderlos? Acaso podemos limitar al Creador a aquello que comprendemos? No solo fue llevado al Areópago sino que además se le dio tiempo para que hablara. ¿Qué es lo que anuncias? Le preguntaron. Puedo pensar que Pablo en su mente dijo: me alegra que pregunten.
Los atenienses estaban ávidos por escuchar todo tipo de pensamiento o tendencia que se estuviera presentando en el mundo. Cuando nos dicen que no hacían otra cosa más que escuchar y comentar las novedades, no se refiere a chismes sino a ideologías, religiones y pensamientos. A esto se le llama vacío de Dios. Tristemente no estábamos exentos. Nos entregamos a todo lo que veíamos. Nos dejamos llevar por nuestro “instinto” o por lo que deseamos. Buscábamos placer y satisfacernos. Queríamos probar todo y llenar nuestra vida de experiencias. Pero tú y yo sabemos que, por más que queríamos llenar, de alguna forma siempre regresábamos al mismo vacío. Esto debe terminar en el momento que entregas tu vida al Señor. No necesitas estar escuchando las últimas novedades como los atenienses, no necesitas ir por el mundo tratando de darle sentido a tu vida probando esto, comprando aquello y haciendo tal. Cuando entregas tu corazón a Jesús, Él te muestra un nuevo camino. Él llena tu vida con el Espíritu Santo que ahora mora en ti. Él te renueva. En pocas palabras, una persona nueva es creada. Pablo, en su carta a los filipenses nos dice que dejando atrás lo que era, prosigue a la meta que es Cristo. ¿En dónde estás? ¿Puedes ver los milagros que ha hecho Dios en tu vida y dar gracias por ello o sigues intentando “llenarla”?
Oración
Señor y Padre: primero que nada quiero pedirte perdón por mis pecados. Quiero agradecerte por lo que has hecho en mi vida y pedirte que pueda abrir mis ojos para ver cada detalle de tus bendiciones. Te pido que llenes mi vida y no busque en otros lugares sino en tu palabra. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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