Pero como (los judíos) no los encontraron (a los discípulos), arrastraron a Jasón y a algunos otros hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: «¡Estos que han trastornado el mundo entero han venido también acá, y Jasón los ha recibido en su casa! Todos ellos actúan en contra de los decretos del emperador, afirmando que hay otro rey, uno que se llama Jesús. Al oír esto, la multitud y las autoridades de la ciudad se alborotaron; entonces éstas exigieron fianza a Jasón y a los demás para dejarlos en libertad.
Pareciera que la persecución que vemos contra Jasón y los discípulos ha terminado. Ya no vemos este tipo de actos por lo menos en la cultura occidental. No tenemos un gobierno que se sienta amenazado por el crecimiento de los fieles. Ya no existe el coliseo romano o los fosos de fuego donde podrían echar a creyentes para que murieran por aquello que creen: Jesús. Déjame decirte que, sin tratar de buscar la conspiración oculta, creo que seguimos teniendo muchos ataques hacia nuestra fe. Definitivamente no como lo vivieron Jasón y los discípulos al ser aprehendidos o lapidados sin razón o juicio alguno, pero sí estamos siendo atacados en muchos otros aspectos. Todo esto lo traigo a reflexión pues debemos estar preparados para no caer en las manos del enemigo. La Biblia nos dice que Satanás está esperando el momento para devorarnos como león rugiente y yo lo creo al cien por ciento. Por ello, cuando leo el pasaje, reflexiono sobre la persecución de la iglesia y trato de entender cómo trabaja Satanás. Pienso que el día de hoy su táctica es mucho más sutil y ha sido perfeccionada. En los pasajes que leemos en el libro de los hechos, vemos personajes que estaban entregados al Señor o aquellos que lo negaban. Hoy en día, me parece que nuestro enemigo está utilizando la palabra de Dios para atacar donde más duele: siendo tibios. Apocalipsis 3:16 nos habla de lo desagradable que es para el Señor no ser frío ni caliente sino tibio. Hoy en día estamos bombardeados por los medios que nos dicen que ser tibio es lo mejor. Se nos dice que ser frío o caliente es no tener criterio o que somos intolerantes y radicales. ¿En qué momento dejamos que todo lo demás fuera aceptado menos el dedicarnos enteramente a Cristo? Esta es nuestra persecución de hoy en día: el no poder entregar nuestra vida entera al Señor sin ser criticados, señalados y cuestionados. Nuestra persecución quiere hacernos pensar que no existen los valores absolutos y que debemos aceptar que la creación no la hizo Dios sino la evolución. Debemos aceptar que además de Adán y Eva, somos descendientes del mono. Nos quieren quitar a nuestro Señor y creador del universo para igualarlo con la madre naturaleza. Quieren minimizar los milagros de Jehová y darles el nombre de ley de la atracción o pensamiento positivo. ¿Qué ha pasado? ¡No podemos permitir esto! No podemos dejar que nuestros principios sean aplastados. No debemos seguir siendo tibios. Jasón fue aprehendido y llevado ante las autoridades por haber recibido a Pablo en su casa. Fue señalado y criticado. Además tuvo que pagar una fianza para no entrar en la cárcel. Seguir a Cristo incluye momentos como este. Momentos decisivos donde le decimos al mundo que creemos en Aquél que nos libró del pecado sin importar lo que piensen ni lo que critiquen ni las consecuencias. ¿Estás dispuesto? ¿Prefieres seguir tibio? ¿Qué vas a hacer?
Oración
Señor: entiendo que he pecado contra Ti y que he llevado mi vida de manera tibia. Hoy puedo ver que debo seguirte al cien por ciento y no entregarte mi vida por pedazos. Te pido que abras mi corazón y me muestres todo aquello que estorba en mi comunión contigo. Quiero fortalecerme en Ti para no caer ante el enemigo cuando aceche contra mí. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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