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31 jul 2013

2 Pedro 1:9-11


En cambio, el que no las tiene es tan corto de vista que ya ni ve, y se olvida de que ha sido limpiado de sus antiguos pecados.  Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió.  Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de para en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.



Esta es la continuación del pasaje de ayer.  Cuando dice: el que no las tiene, se refiere a las características de fe, virtud, entendimiento, dominio propio, constancia, devoción a Dios, afecto fraternal y amor.  ¿Cuál es la consecuencia de no buscar estas cualidades?  Te conviertes en una persona que no puede ver más allá de su nariz.  Medita por un momento el ejemplo que nos deja Pedro.  Una persona que ya ni ve.  En otras palabras, si decides seguir dando la espalda a Dios y no buscar obedecerle, prepárate para caerte constantemente porque tu visión será nula, tu discernimiento será mínimo y por consecuencia tus decisiones harán que te la vivas “en el suelo”.  Esfuérzate.  Eso nos dice Dios.  No porque el esfuerzo te hará ir al cielo.  Recuerda que el sacrificio perfecto ya lo hizo Jesús.  Esfuérzate para que seas transformado desde lo más profundo de ti y puedas vivir con la mirada puesta en Dios.  Esfuérzate.  No es fácil seguir a Dios.  No es fácil obedecer en un mundo que hace todo al revés.  En repetidas ocasiones vemos esta palabra en la biblia: esfuérzate.  ¿Sabes?  El hecho de que seguir a Dios te de vida, paz, gozo y misericordia, no quiere decir que sea un camino fácil.  ¡No lo es!  Por esa razón se nos repite constantemente, ¡Esfuérzate!  Si recuerdas el principio del evangelio, Pedro y Andrés son llamados a dejar todo lo que tenían para ir en pos de Cristo.  ¡Dejan todo atrás!  ¿Te parece una decisión fácil?  Tal vez por conocer “el final” puedes disminuir el valor de esa decisión pero en realidad seguramente no fue fácil.  Sin embargo lo hicieron.  Jesús dijo síganme y ellos le siguieron.  Hoy Jesús te dice: quiero que busques estas virtudes en tu vida.  ¿Qué vas a hacer?  Puedes seguir poniendo pretextos.  También puedes abrazar la palabra de Dios, reconciliarte con Él y empezar un nuevo camino.  No se trata de ser el hombre más perfecto.  Eso es hipocresía.  Esto es entre Dios y tú.  Aunque tomemos el compromiso, no dejamos de ser pecadores.  Así que prepárate para tener algunos tropiezos.  El mismo pasaje nos dice que tropezaremos al decirnos cómo no tropezar: si hacen estas cosas, no caerán jamás.  No te desanimes.  No dejes que el sentimiento de culpa te acabe.  El perdón de Jesús cubre todos y cada uno de tus pecados.  Leíste bien.  Todos.  Así que, si te has arrepentido y has reconocido a Jesús, Él te ha limpiado.  Ahora es tiempo de decidir.  ¿Quieres vivir esforzándote y buscando las características que Dios quiere en tu vida?  Definitivamente no será fácil pero puedes estar convencido que será la mejor decisión.

Oración
Dios: perdóname.  No puedo seguir dándote la espalda.  No puedo seguir caminando sin Ti.  Te pido perdones mis pecados y me guíes en tu camino.  Hoy quiero esforzarme y tomar las decisiones correctas.  Hoy quiero esforzarme y buscar constantemente los principios que Tú quieres para mi vida.  Heme aquí Señor.  En el nombre de Jesús.  Amén 

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