Mas tú, Jehová, eres escudo
alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová y Él me respondió
desde su monte santo.
¿Alguna vez has cuestionado
tu fe? Si no lo has hecho, te lo
recomiendo ampliamente. Leíste
bien. Cuestiona tu fe. Cuestiona lo que dice la palabra de
Dios. Lee la biblia y piensa si los
principios que Dios pide son coherentes y tienen sentido. Yo lo he hecho y el resultado siempre es
espectacular. Simplemente Dios no deja
de sorprenderme con su sabiduría infinita.
Y ¿por qué pido que cuestiones tu fe?
Para que puedas entender completamente el pasaje de hoy. Una vez que has puesto a prueba los principios
de Dios; una vez que has tratado de encontrarle algún error o buscado un mejor
camino por otro lado y simplemente te das cuenta que el camino del Señor es el
mejor, puedes abrazar las palabras de David y decir: Jehová, eres escudo
alrededor de mí y el que levanta mi cabeza.
¡Increíble! Repítelo: Jehová,
eres escudo alrededor de mí y el que levanta mi cabeza. Es más, pienso que después de estas palabras
sigue la expresión: ¡aahhh! De alivio y
gozo. El mundo allá afuera se puede
estar cayendo. Todo puede parecer de
cabeza. Pero tú sabes que confiando en
Él y siguiendo su palabra, tienes el mejor escudo y la mejor motivación pues
Dios mismo levanta tu mirada caída. El
problema muchas veces llega cuando queremos que la respuesta de Dios tenga las
siguientes características: a nuestro tiempo y a nuestra forma. ¡Gran error!
Si quieres que Dios sea tu protección y ánimo, tienes que aprender a
hacer las cosas a su manera. Jehová no
es una herramienta. No es un
método. ¡Es Dios mismo! Su escudo llega cuando entiendes su amor
incondicional hacia ti. Su escudo llega
cuando entiendes que quiere bendecirte.
Su escudo llega cuando entiendes que quiere dar luz a tus pasos e
iluminar tu camino. ¡El escudo no es
físico! El escudo no es más dinero, más
salud, más abundancia, más felicidad o más de cualquier otra cosa. Ese es Satanás queriendo engañarte
minimizando lo que Dios realmente hace en nuestras vidas. Satanás quiere confundirnos y hacernos pensar
que el escudo está en tener un seguro de vida para “proteger” a nuestra
familia. ¡La protección está en
enseñarle a tu familia el temor a Jehová!
¿Lo puedes ver? No te dejes
engañar. Ven a la palabra de Dios y
descubre por ti mismo el maravilloso escudo que es Dios para la vida de los que
le aman y sirven.
Oración
Padre: gracias. Quiero vivir confiado en que eres mi escudo,
mi gloria y levantas mi cabeza siempre. Es
imposible seguir adelante por mí mismo y quiero dejar de luchar. Vengo de rodillas a Ti entendiendo que has
mandado a Jesús para reconciliarme contigo.
Vengo de rodillas para pedirte perdón por mis pecados. Vengo de rodillas para pedirte que
transformes mi vida y le des sentido. Protégeme
y ayúdame a aprender a servirte día a día.
En el nombre de Jesús te lo pido.
Amén.
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