Por eso siempre les recordaré estas cosas, por más que las sepan y estén afianzados en la verdad que ahora tienen. Además, considero que tengo la obligación de refrescarles la memoria mientras viva en esta habitación pasajera que es mi cuerpo; porque sé que dentro de poco tendré que abandonarlo, según me lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo.
En inglés hay algo que se llama bucket list. Consiste en una lista de actividades que quieres realizar antes de morir. Por ejemplo, visitar Asia, comer caracoles, hacer un camping, correr un maratón o cualquier otra cosa que consideres de suma importancia o aventurera que no debes dejar pasar la oportunidad para hacerla. Por otro lado, muchas personas al predicar nos dicen ¿Qué harías si supieras que tienes uno, dos o tres meses de vida? Resulta muy buena la pregunta. ¿Cambiarías lo que estás haciendo ahora? ¿Harías más o menos de algo? Mientras piensas en esto, quiero que meditemos en el bucket list de Pedro. “Mientras viva, tengo la obligación de recordarles lo que agrada al Señor.” Definitivamente no suena tan emocionante como aventarse de un paracaídas o escalar una montaña. Tampoco representa un esfuerzo físico extenuante como un maratón. Sin embargo, Pedro, junto con otros personajes de la biblia como Pablo, reconocen lo fugaces que somos y la importancia de poner las prioridades en orden y actuar conforme a ellas mientras estamos aquí. ¿Cuáles son tus prioridades? ¿Cuáles son tus deseos? ¿Qué es lo que quieres alcanzar? ¿Dónde quieres estar? Ahora, lo más importante ¿Cómo se alinean tus deseos con los de Dios? Sabes, mucha gente se cuestiona lo que haría o dejaría de hacer si supieran que les quedan unos cuantos meses de vida, lo increíble es que no sabemos si viviremos para mañana. Irónico ¿no crees? ¿Cómo es posible que nos haga pensar tanto una pregunta si ni siquiera podemos definir lo que pasará en una hora? Lo que sí puedes hacer es decidir qué hacer con el tiempo que Dios te da en este mundo. Pedro decidió servir y por ello tenemos sus palabras que hoy nos sirven de guía y ejemplo a seguir. Decidió dedicar su vida entera a recordarnos que no nos apartemos del Señor. A recordarnos que Él también tuvo sus altibajos con Cristo pero nunca lo dejó. Gracias a la vida de Pedro hoy podemos sentirnos identificados con sus reacciones. Un día reconoció a Jesús como el Cristo mientras al otro día lo negaba. Caminaría sobre el agua por su fe y unos pasos después comenzaría a hundirse. ¡Qué gran vida la de Pedro! Y ¡Qué maravilloso es nuestro caminar con Cristo! Pedro sabía que no podía vivir para siempre. Incluso nos dice que el Señor le había mostrado que sería llamado pronto. En lugar de buscar su propio camino o tratar de cumplir con sus deseos, tuvo la madurez e inteligencia suficiente para alinear los deseos del Señor y hacerlos sus propios deseos. Me parece que eso es lo que nos quiere decir hoy el pasaje. Aprendamos a no perder el tiempo y buscar al Señor. No dejemos de animarnos en Él. No dejemos de repetirnos sus palabras y hagamos lo que le agrada en todo momento. No dejemos que el mundo nos desvíe la mirada y nos haga pensar que hay cosas más importantes. No dejemos que nada nos aparte de Él. Pedro lo entendió y hoy espero que tú y yo lo entendamos.
Oración
Señor: eres grande y maravilloso. Te pido Padre que tus deseos sean mis deseos. Te pido que tu voluntad sea mi voluntad. Hoy entiendo que he sido egoísta y no quiero seguir así. Renueva mi corazón Señor. Te entrego mi vida y te pido que el tiempo que me des lo utilice para servirte en todo lo que haga. En el nombre de Jesús. Amén
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