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10 dic 2013

1 Juan 5:11-12

Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.  El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.



Recuerdo muy bien una plática con una persona que me decía: cuando llegue con Dios le voy a pedir que tenga misericordia de mí.  También recuerdo que otra persona me decía que el infierno estaba aquí en la tierra y era la separación de Dios.  Hay otras personas que no creen que hay vida después de la muerte.  Otras cuantas piensan que todos iremos a un lugar en el que cada quien estará bien.  ¿A quién creerle?  ¿Sabes?  Cuando me dijeron, yo voy a pedir misericordia frente a Dios, pensé que sonaba muy bien pero después pensé que eso no es lo que dice la biblia que tenemos que hacer ni cómo funcionan las cosas.  Cuando me dijeron la idea de que el infierno es la separación que tenemos de Dios, también pensé que tenía algo de sentido.  Pero posteriormente vi que la biblia no dice eso.  Al parecer, cada vez más y más personas quieren crear su propia “mini” religión.  ¿Por qué mini?  Porque aceptan ciertos principios que les gustan pero por otro lado agregan o quitan lo que les parece adecuado.  Por ejemplo, no puedes creer en el Dios de la biblia y al mismo tiempo pensar que todos los caminos llevan a Dios.  Claramente la palabra nos dice que solamente podemos llegar a Él a través de su Hijo Jesús y nadie más.  Regresando a la persona que pediría misericordia al estar en presencia de Dios, la biblia nos dice que solamente es mientras estamos en esta vida que podemos arrepentirnos y pedir perdón por nuestros pecados.  Una vez que morimos, nos espera un juicio y hemos perdido la oportunidad de que Jesucristo sea nuestro redentor.  Esta persona está pensando que podrá pedir misericordia demasiado tarde.  La verdad es que Dios nos da una vida para pedirla, si no lo hacemos, nuestro tiempo se termina y no vamos a su presencia sino al infierno.  Sí.  Existe.  Y sí, hay personas que irán ahí.  ¿Quiénes?  Aquellas que no reciban a Cristo.  Como dice el pasaje de hoy: aquellos que no tienen al Hijo.
¿A dónde quiero ir con todo esto?  A que entendamos que Dios no está jugando.  A que entendamos que lo que dice el Señor no está sujeto a nuestra comprensión ni mucho menos a nuestra aprobación.  Hoy Juan nos dice: el que tiene al Hijo, tiene la vida, el que no, no la tiene.  Punto.  No todos los caminos llevan a la vida.  No todos tienen la vida.  No importa si tienen o no buenas intenciones.  No importa si son personas que ayudan y tienen un “gran corazón”.  Dios nos dice claramente que para tener la vida (e ir al cielo) debes tener al Hijo.  Jesucristo es tu única opción.  No tus obras.  No tus buenas intenciones.  No.  El Cristo.  El Hijo de Dios es el camino para la reconciliación con Dios.  Dejemos de confundirnos.  Compartamos este mensaje.  La gente debe saber que las cosas no son como nosotros queremos sino como Dios las ha establecido.  Él es bueno y nos ama.  Sin embargo, son sus reglas y no las nuestras.  Dejemos de darle vueltas y vueltas y aceptemos su palabra y su voluntad.  Si tienes alguna duda, pregunta e investiga lo que la biblia dice.

Oración

Señor: Perdóname.  He querido llevar mis ideas y pensamientos por encima de Ti.  Hoy entiendo que Tú has establecido todo y yo debo seguir tus principios.  Te pido que deje de dudar y acepte tu palabra sin restricción entendiendo además que es lo mejor para mí.  Padre, yo quiero estar de tu lado.  Yo quiero tener vida.  Yo quiero ir al cielo.  Te pido perdones mis pecados y reconozco que solamente a través de Jesús puedo tener comunión contigo.  Toma mi vida Señor.  En Cristo Jesús.  Amén

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una enseñanza muy sencilla del autor de este comentario y muy totalmente cierto. Que bendición de Dios, lo compartiré 🙏🏻. Siga adelante con su don varón de Dios.

Un Tiempo con Dios dijo...

¡Muchas gracias por las palabras de ánimo! Gracias por compartir el blog.