Dios, que muchas veces
y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de
los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo.
No es fácil entender
que la biblia es la palabra de Dios. Fue
escrita físicamente por hombres. Cada
palabra fue inspirada por Dios pero la gente puede debatir diciendo que fueron
humanos los que la escribieron. Cuando
leo versículos como estos, pienso en la misma situación. Dios nos ha hablado a través de los profetas,
a través de Cristo y hoy en día a través de la biblia que compila a los dos
anteriores. Pero, cómo entenderlo. ¿Cómo estar seguros que estamos creyendo en
lo correcto? ¿Cómo contestar a aquellos
que cuestionan que Dios es quien nos habla?
O mejor aún, cómo entender que los que dicen hoy en día que Dios les
habló y mostró esto o aquello son charlatanes.
La respuesta está en estudiar la biblia.
Ya sé. Parece que no es una
respuesta pero esa es la única opción.
Tenemos que entender el lugar que le corresponde a la biblia. No es un libro más. No son ideas y buenos deseos compilados en un
libro. Es la palabra de Dios misma. Sí, son muchos autores y cada uno de ellos
humano. Sin embargo, al leerla, existe
una armonía y un mismo mensaje que se entrelaza sin importar el autor, de tal
manera que resulta imposible pensar que pudieran ponerse de acuerdo, a lo largo
de tantos años, para que pudiera llegar a lo que es hoy. Si pudiera traer a tiempo presente los dos
versos de hoy, dirían algo así: Dios nos habló en repetidas ocasiones a través
de profetas y Cristo, mientras que hoy en día, nos habla a través de su palabra
que está en la biblia.
Dios es real. Cristo es real. Su palabra en la biblia es real.
Tristemente, nos
resulta más fácil aceptar que la historia de Dios suena como novela o cuento
pero por otro lado, podemos creer tantas otras cosas sin siquiera
cuestionarlas. Allá afuera la gente
cuestiona la biblia cuando ni siquiera la han leído. Hablan de Jesús sin siquiera conocerle. Y peor aún, llegan a un juicio sin tener
información para hacerlo. Hoy quiero que
entiendas la importancia de lo que dice Dios.
Ya sea a través de los profetas, Cristo o sus discípulos, cada palabra
que el Señor quiere que escuchemos, la plasmó en lo que hoy tenemos como
biblia. Léela. Estúdiala.
No escuches rumores y los des por un hecho. Dios tiene muchas cosas para ti. En repetidas ocasiones gente me ha escrito
diciendo: justamente esto que escribes en el devocional me quedó como “anillo
al dedo”. ¿Sabes? ¡Es Dios!
No soy yo. Lo único que hago es
compartir su palabra. Él es el que te
está hablando. Él es el que te está
buscando. La imagen de Dios en el mundo
es de un ser que habita en algún lugar lejano y quiere castigar al mundo y
restringirnos con sus mandamientos. El
Dios de la biblia, el Dios que nos habló a través de sus profetas, de Cristo y
los apóstoles, realmente es un Dios que nos ama y busca constantemente para que
tengamos comunión con Él. Recuérdalo,
Dios te habla a través de su palabra. A ti
personalmente. No es un mensaje para una
multitud sino para ti personalmente.
Oración
Padre: gracias. Hoy entiendo que me amas y me buscas
constantemente para que pueda tener comunión contigo. Te pido pueda entender que la biblia es tu
palabra y que Tú me hablas personalmente a través de ella. Te lo pido en Cristo Jesús. Amén.
2 comentarios:
Es correcto lo que nos dice Dios, a través de su hijo Jesucristo, quiere que le conoscamos más por medio de su palabra y algún día poder tener una buena comunión con El por medio de su hijo Jesucristo, amén
Amen
Publicar un comentario