Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con plena seguridad
que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y
exteriormente lavados con agua pura.
Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que
hizo la promesa. Preocupémonos los unos
por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.
La biblia está llena de promesas por una sencilla razón: la vida no es
fácil. No quiere decir que todo sea malo
y que siempre vamos a estar pasando tiempos difíciles. No.
Simplemente tenemos que entender que no hemos venido a pasarla de
maravilla sino que siempre habrá momentos difíciles. Estoy seguro que has atravesado momentos así
y sobre todo, que vendrán más en el futuro.
Incluso, puede ser que hoy mismo estés pasando por una prueba. La pérdida de trabajo. La pérdida de un ser querido. Una enfermedad terminal o crónica. Problemas familiares. Adicciones.
Soledad. Amargura. Miedos.
Y tristemente puedo llenar páginas y páginas de ejemplos así. Pero eso no significa que Dios no exista o
que no le interesa tu vida. Simplemente
son etapas que tenemos que atravesar. Lo
importante es saber que tenemos dos opciones para hacerlo. Con Dios.
Sin Dios. La segunda es fácil de
explicar. Simplemente realizas tu mejor
esfuerzo y esperas que todo salga bien.
Te llenas de buenos deseos y pensamientos positivos para salir
adelante. Por el contrario, cuando
decides vivir con Dios, el pasaje de hoy se vuelve algo cotidiano en tu día a
día: te acercas a Él con corazón sincero y seguridad que has sido purificado y
por consecuencia que eres su hijo y estarás en su presencia al morir. Además, sabes que Él te ama y cumple sus
promesas en tu vida. Por último, y a mi
parecer, lo más importante, dentro de la familia del Señor, nos preocupamos los
unos por los otros. No se trata de ser
entrometidos. Buscamos animarte cuando
estás con la esperanza caída. Buscamos
abrazarte cuando estás triste.
Consolarte cuando las cosas no están bien. Recordarte que Dios te ama y quiere
utilizarte. Cada día de tu vida sabes
que tienes una familia que te apoya. ¿No
lo has vivido? Involúcrate en tu
congregación. Busca hermanos en la fe
que estén entregados y puedan ayudarte. Como
dice el dicho, que obviamente no está en la biblia, el que no habla, Dios no
lo oye. Que no te de pena ni seas
soberbio para reconocer que necesitas el apoyo de otra persona. La biblia nos dice que nos amemos los unos a
los otros. Que nos consolemos. Que nos animemos a las buenas obras. ¿No te parece increíble recibir este tipo de
ánimo? Tristemente hay personas que no
entienden lo maravilloso que es esto y prefieren buscar en otros lados. No caigamos en el mismo error. Tengamos comunión entre hermanos y apoyémonos
los unos a los otros. Los problemas de
hoy nos quitan la perspectiva eterna. No
dejes que eso pase en tu vida. Recuerda:
acércate a Dios con corazón sincero.
Oración
Padre: gracias por traer esperanza y perspectiva a mi vida. Gracias por levantar mi ánimo y dejar que me
acerque a Ti y entregarte mis preocupaciones.
Gracias por tu palabra que me levanta y me guía para caminar día a
día. Perdona mis pecados y no me dejes
caer en tentación. En el nombre de
Cristo Jesús. Amén
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