Algunos sinónimos de iniquidad son:
corrupción, inmoralidad, depravación y maldad.
¿Quiénes son estas personas? Muchas
veces platico con gente que me dice creer en un dios que perdona a todos. Un dios que ellos consideran amoroso e
incluso lo mezclan con el Dios de la biblia pero no está basado en lo que dice
la biblia sino en lo que ellos quieren creer.
“Yo me voy al cielo porque no he sido malo” me dicen. “No he matado a nadie, no robo y en general
trato de hacer bien a la gente”.
¡Cuántas veces lo he escuchado! Lo
único que me hace pensar cuando lo vuelvo a escuchar es lo sabio que es Satanás
para engañar a tantos con la misma frase.
Por alguna razón, nuestro orgullo nos hace pensar que no estamos en esa
lista de sinónimos. Que nosotros no
somos los malvados, corruptos, inmorales o depravados. ¿Basado en qué? Nuestras propias ideas obviamente. Sin embargo, las cosas no funcionan así. Creamos o no en Dios, Él es Dios y Él
reina. Él va a traer juicio y habrá
quienes sean salvados y vayan al cielo con Él y habrá quienes sean enviados al
infierno. A mí no me preguntaron si me
parece justo o injusto ni si estoy o no de acuerdo. Simplemente el Señor así lo decidió y, en su
perfección, estoy convencido que debe ser lo más justo que pudo haber
sucedido. Por esa razón, David le dice
al Señor en este salmo: ¡no me lleves junto con ellos! Él sabe que hay un castigo para todos los que
desobedecen y no reconocen a Jehová y no quiere mezclarse entre ellos. ¿Te das cuenta cómo David no discute sobre la
soberanía del Señor? La entiende y la acepta
buscando redención. Por el contrario, la
cultura de hoy nos hace cuestionar constantemente la soberanía de Dios. ¿Por qué permite esto o aquello? ¿Por qué no actúa de esta manera? ¿Por qué a mí? ¿Por qué a nosotros? Estoy convencido que alguna vez has hecho
estas preguntas. Es probable que nunca
habías cuestionado su validez. Pero cuando
uno estudia la palabra de Dios, ya no puede comportarse igual. Ahora debes entender que no tenemos autoridad
para cuestionar al Señor. Piénsalo por
un momento. ¿Quién eres tú para
cuestionar al Creador del universo? ¿Realmente
crees que tus planes e ideas pueden ser mejores que las de Él? David nos deja un ejemplo excelente en sus
salmos. Clama. Grita.
Llora. Reclama. Sin embargo, nunca se olvida que Dios es Dios
ni le quita del trono de todo lo que ve y no ve. Hoy debes entender que Jehová pone los
parámetros de cómo va uno al cielo y qué significa realmente ser bueno. No tú. No
yo. Dios. El salmo de hoy nos dice que habrá gente que
hable paz mientras su corazón está lleno de maldad, gente que hará lo inmoral y
corrupto. También nos dice que Dios será
quien los lleve al castigo correspondiente y no nosotros. Cuestiona de qué lado estás. Medita en esto. ¿Cómo saber si realmente te vas a ir al
cielo? ¿Cómo saber si realmente eres
bueno?
Oración
Padre: vengo humillado ante Ti reconociéndote
como mi Señor y mi Salvador. Perdona mis
pecados. Límpiame y permite que pueda
comenzar de nuevo por tus caminos pues quiero dejar los míos atrás. No quiero ser de los que son llevados al
infierno sino a tu presencia al morir. Te
pido en el nombre de Jesús todo esto. Amén
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