Si lees con detenimiento, puedes darte cuenta que la biblia nos dice que no solamente pensaron en cómo ayudar sino que “en efecto lo hicieron”. ¿Por qué sobresale esto? Porque en muchas ocasiones, los problemas son analizados, las soluciones expuestas y finalmente nunca se hace nada. Principalmente me refiero a lo que sucede dentro de las congregaciones aunque también puede pasar en tu vida personal. Te das cuenta que debes estar más en comunión con Dios, que tus oraciones son escazas y con poco contenido, pero al final, dejas que pase el tiempo y nunca tomaste acción. No basta con entender que tienes un problema. Debes actuar conforme a la solución planteada. Como iglesia debemos poner manos a la obra. Si tenemos la inquietud de ayudar y compartir el evangelio a gente discapacitada, personas de la calle, viudas, personas sin trabajo, etcétera, ¡hagámoslo! Pongamos en oración esa idea o inquietud y sirvamos al Señor. No dejemos que pasen los días y luego los meses sin que se haga algo.
Por otro lado, cuando leo pasajes que contienen profecías, me cuestiono qué cosas habrá para nosotros hoy en día. En ese entonces sabían que vendría un hambre por toda Judea pero hoy ¿qué sabemos? Después de meditar en esto, me doy cuenta que Dios, a través de sus mandamientos y principios, nos da muchas “profecías” de lo que pasa cuando no le hacemos caso. Por ejemplo, la tasa de divorcio el día de hoy es algo así como 50% en los primeros cinco años de matrimonio. Hace un tiempo vi (por unos minutos nada más) un programa en MTV que pasaban la vida de adolescentes que estaban embarazadas. ¿Cuántas familias han sido destruidas por alguna adicción? ¿Cuánto se habla ahora de que las mujeres son iguales al hombre en cuestión de engañar a su pareja? ¡Esto es lo que tenemos a nuestro alrededor! No lo estoy inventando ni exagerando. Son simples datos duros. ¿El por qué de todo esto? El no entender que lo que Dios nos dice es para nuestro propio bien. El no comprender que son una especie de profecías las cuales nos protegen de cometer errores y sufrir graves consecuencias. Los principios de Dios nos guían por un camino que lleva fruto y bendición. Cuando nos apartamos de este camino, podemos estar convencidos que en nuestra vida habrá hambre y sequía. Además de esto, puedo decir con confianza que no siempre las cosas irán bien ni tampoco mal. Pero independientemente de lo que venga delante, nuestro Dios nos ha dejado promesas que nos dan aliento y fortaleza para enfrentarlas. ¿Qué piensas?
Oración
Padre: te pido que perdones mis pecados y me ayudes a tener disciplina para no dejar que los días pasen sin que yo haga nada. Ayúdame a entender que tu camino está lleno de pastos verdes y que este mundo no tiene nada que ofrecer en comparación. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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