Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Y he aquí se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
En ocasiones resulta muy difícil entender que Dios está por encima de nuestros problemas. A veces nos encontramos con personas que tienen mucho poder y vemos que pueden mover todo a su conveniencia dejándonos a la deriva. Además, el mundo se ha encargado de promover nuestras dudas y disminuir nuestra fe haciéndonos creer que la vida exitosa debe estar exenta de problemas. Un día, te encuentras en problemas y viene la desilusión. Atraviesas injusticias. Te das cuenta que no sabes hacia dónde dirigirte. El viento está en tu contra y no tienes las herramientas para hacerle frente. Bien. Así estaba Pedro. ¿Qué podía hacer un pescador en contra del rey? ¡Nada! Absolutamente nada. Y lo mismo con nosotros, ¿qué puedes hacer en contra del mundo? Nada. Mientras más nos humillamos y reconocemos que no podemos hacer nada, más dejamos a Dios trabajar y más brilla Él. Recuerda que Su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Te lo repito: mientras más sencillo y humilde de corazón, más dejas a Dios transformarte. Regresando al pasaje, vemos que los planes de Herodes eran sacar a Pedro después de la pascua. Aún siendo rey y teniendo el poder absoluto sobre su reino, sus planes no fueron como esperaba. ¡Esto es lo que debemos entender! Ningún rey ni nadie, absolutamente nadie, está por encima de nuestro Señor. Dios tenía otros planes distintos a los de Herodes y son los que se llevarían a cabo.
¿Cuáles fueron los planes de Jehová? Liberar a Pedro. Dios quiere bendecirnos y tiene un propósito específico para tu vida. Puede ser difícil de entender o aceptar este principio cuando todo está en contra, pero por esta razón tenemos el ejemplo de Pedro. Un pescador, sin ningún contacto en la política que lo pudiera ayudar, enfrentándose al gran rey Herodes. Nada podía hacerse para ayudarlo. Pero el Señor mostró su poder y su dominio. A Su tiempo, a Su manera. Nuestro Dios manda un ángel para liberar a Pedro. Así también nuestro Dios nos rescata y nos libra. ¿Recuerdas las palabras de David al pueblo de Israel cuando va a luchar contra Goliat? ¿Por qué temen si Jehová nos ha dado la victoria? Confiemos en Él y no en nuestros recursos. Confiemos en Sus planes y no en los nuestros. Dejemos que Él sea quien brille en nuestros problemas en lugar de quejarnos y preocuparnos. Sirvamos. Humillémonos. Entreguémonos.
Oración
Señor: Perdona que me olvide que eres Rey sobre cualquier rey. Perdona que no te deje trabajar en mi vida y busque primero en mis planes y en mis recursos antes de dejarte trabajar en mi corazón. Hoy entiendo que no soy yo quien luchará sino Tú y te doy gracias por ello. Te pido me llenes de tu paz, de tu fuerza y fe para esperar tus planes con gozo. En el nombre de Jesucristo te lo pido. Amén
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