Si hacemos las matemáticas, estamos hablando de dieciséis personas cuidando exclusivamente a Pedro. Además de estar dentro de una celda y con cadenas. ¿No te parece ilógico? No era un asesino o un ladrón. No había hecho nada para pensar que necesitaría tanta seguridad a su alrededor. Imagina hoy en día que aprehenden a uno de la lista de los más buscados. Piensa en la cantidad de seguridad que se desplegaría a su alrededor. Ahora imagina que utilicen la misma cantidad de personas para custodiar a un pastor de una iglesia. ¿Ilógico? ¡Totalmente! ¡Estamos hablando de dieciséis soldados cuidando a una persona! Y peor aún, esa persona no era un delincuente.
Dentro del mismo pasaje vemos que Herodes tenía planeado sacar a Pedro después de la pascua. Y esto nos ayuda a entender que hay dos perspectivas dentro de una misma historia, pero un solo Dios soberano trabajando en ella.
En la primera encontramos a Pedro. Hombre entregado al Señor. Sin ningún crimen ni nada que pudiera decirse en su contra. De todas formas es tratado como un delincuente. En la segunda perspectiva, encontramos a un rey haciendo política. Sabía que los judíos representaban un gran apoyo y no los quería en su contra. También tenía conocimiento del nuevo grupo que se estaba formando que estaba molestando en sobremanera a los judíos. Pienso que por esta razón, decide aprehender a Pedro y tratar de mandar un mensaje.
Ahora, la parte práctica. Si entendemos que la vida de Pedro es un ejemplo de lo que puede pasar en nuestra vida, es necesario que aprendamos a entregarnos por completo al Señor y dejemos de quejarnos por las injusticias. Él fue llevado preso sin haber cometido un crimen. Tal vez no te dieron el aumento que te prometieron o el puesto que buscabas. Puede ser que te hayan despedido o que actualmente estás atravesando un momento de impotencia por una injusticia. Debes entender que no se le ha escapado al Señor tu situación y la permite con un propósito en mente: moldear tu corazón y tu carácter a su manera. Pienso que Pedro no fue el mismo después de atravesar esta situación. Su orgullo y su yo fueron probablemente disminuidos y lo prepararon para lo que vendría, que por cierto no sería nada fácil. ¿Qué quieres de tu vida? ¿Que sea sencilla y sin problemas o que agrade y sirva al Señor? ¿Cómo quieres que sea tu carácter y tu corazón? Dejemos trabajar a Dios. Las pruebas nos revelan lo que realmente hay en nuestro interior. No permitas que una injusticia interrumpa tu comunión con el Señor ni te desanime por pensar que has sido olvidado. Dios está ahí buscando que te encomiendes a Él y le permitas transformarte. ¿Qué vas a hacer?
Oración
Padre: perdona mis pecados y límpiame. Perdona mis quejas y ayúdame a vivir conforme a tu voluntad. Dame fe para seguir adelante a pesar de las injusticias y mi falta de entendimiento de lo que me sucede. En el nombre de Jesús. Amén.
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