El día de ayer vimos que era necesario ceñirse, atarse el calzado y comenzar a caminar atravesando guardias hasta llegar al nuevo destino que Dios ha preparado. Pudimos entender que, primero es necesario reconocer que debemos cambiar de dirección y que posteriormente nuestras acciones reflejarán ese nuevo destino. Pedro decidió seguir al ángel que le mostraba por dónde caminar y finalmente pudo salir totalmente ileso y de una manera extraordinaria. No tuvo que intervenir nadie. Los hermanos no tuvieron que pedir favores al rey o pedir ayuda con sus conocidos. Se dedicaron a la oración y entregaron todo al Señor.
¿Cómo reaccionas cuando atraviesas alguna prueba? A veces pienso que estoy confiando en Dios pero conforme pasa el tiempo y no veo resultados, comienza mi corazón a dudar y me doy cuenta que lo único que hice fue “darle tiempo” al Señor para que mostrara el resultado sin confiar realmente en lo que Él estuviera preparando. En otras ocasiones, puedo decir que como Pedro, después de entender que la victoria es del Señor, volví en mí y vi con claridad sus planes. Comprendí que sí había un propósito dentro de las pruebas que atravesaba, que sí había un final y que la prueba no duraría para siempre. ¿El resultado? Mi dependencia a Dios aumentó al igual que mi gozo y agradecimiento por su amor tan grande y totalmente inmerecido de mi parte.
La Biblia tiene estos ejemplos de pruebas, cárceles, injusticias, enfermedades y muertes porque la vida está llena de ellas. Hoy en día tenemos los mismos problemas. No te dejes convencer con el argumento de que la biblia es solo un “libro” y que además es de hace mucho tiempo por lo que no tiene nada que ofrecer. ¡Mentira! Eso lo dicen los que no la han leído y aquellos que no quieren aceptar que Cristo es quien tiene la razón y no ellos.
Detente por un momento y analiza tu vida. Piensa en tus momentos difíciles. ¿Cómo reaccionas? ¿Qué haces cuando te enojas? ¿Qué haces cuando las cosas no salen como tú quieres? ¿Qué haces cuando te desesperas? Trata de entender cómo entra Dios en cada detalle de tu vida. Se sincero y date cuenta hasta dónde dejas que el Señor te transforme y en qué áreas le pones un “hasta aquí”.
Recuerda que todo tiene un propósito, pero como Pedro, no lo comprenderás al principio sino hasta que hayas salido de la “cárcel” y atravesado las guardias. Entonces sí podrás darte cuenta del milagro que Dios ha hecho en tu vida y de la transformación tan increíble que quiere hacer en ti. El rey junto con el pueblo judío querían que Pedro permaneciera preso o incluso que lo mataran. Dios tenía otros planes. No importa a qué o contra qué te estés enfrentando, los planes del Señor son los que van a prevalecer.
Oración
Padre: gracias por recordarme que tus planes están por encima de cualquiera. Te pido que pueda aprender a esperar en Ti y aguardar con gozo. Quiero aprender a caminar confiado y darme cuenta de cómo has cambiado mi vida. te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
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