El procónsul, nos dice la biblia, que era un hombre prudente. En cambio nos dice que Barjesús era un falso profeta y mago. Seguramente Barjesús se aprovechaba de la posición de Sergio Paulo y trataba de sacar todo lo que pudiera para su propio beneficio. Dicho de manera más precisa, Barjesús era un perfecto parásito. La real academia española define parásito como: Dicho de un organismo animal o vegetal: Que vive a costa de otro de distinta especie, alimentándose de él y depauperándolo sin llegar a matarlo. ¿Cuántas personas hay con estas características? ¡Muchas! Con cuántas te has topado y todavía faltan otras cuantas. Barjesús es el perfecto ejemplo del parásito que nos cae mal y hace enojar. Además, parece que todo le sale bien sin importar que esté actuando de manera incorrecta. Así había personas en la época de Jesús e igualitos los tenemos el día de hoy.
Si la biblia nos da un ejemplo es porque seguramente atravesaremos situaciones similares en las que nos podamos identificar y con base en lo que aprendimos de él, podemos tomar una mejor decisión. En este caso, debemos aprender a aplicar el segundo mandamiento: amar a tu prójimo como a ti mismo. Sí, como a ti mismo. Difícil. Casi imposible de no ser por el Señor que transforma nuestros corazones para lograrlo. Barjesús era de esas personas que no quieres tener cerca de ti. De aquellas que te da coraje ver y escuchar pues sabes que solamente hablan mentira, que no escuchan sino quieren siempre ser el centro de atención y que además solamente les interesa sacar provecho de lo que pueden. Otro ejemplo en la biblia de alguien similar es Amán en el libro de Ester, te recomiendo lo leas.
¿Qué hacer con gente así? Pedir a Dios porque ponga amor en nuestro corazón. Lo leíste bien. Debemos pedir a nuestro Señor que quite cualquier sentimiento que no sea amor y misericordia para con ese tipo de personas. ¡Jesús hizo lo mismo por nosotros! Siendo Dios se hizo hombre. Sin merecerlo, nos perdonó sacrificándose y sufriendo por nosotros. Si te dices ser seguidor de Cristo, entonces debes imitarlo y aprender a entregar aquello que no quieres. En este caso, debemos amar a aquellos que no soportamos. Independientemente que estén haciendo lo correcto o no, como veremos el día de mañana, Dios es quien se encarga de arreglar las injusticias o de tratar con estos parásitos y no nosotros. Medita por un momento si hay un Barjesús en tu vida que te cause molestia. Entrega esos sentimientos al Señor y pide porque la misericordia abunde en tu vida y no el odio o el coraje.
Oración
Señor: es imposible para mí amar a personas así o aquellas que me han hecho daño. Te pido que seas Tú quien me de paz y ponga amor en mi corazón. Quiero obedecerte y seguirte por lo que te pido me transformes y renueves. Te entrego mis corajes y odios. Quiero vivir conforme a tu voluntad. Oro a Ti en el nombre de Jesús. Amén
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