Hay veces en las que,
aunque esté cansado y necesite dormir, me gusta quedarme un momento despierto
en la cama y escuchar música, leer o ver un poco de televisión. Es un momento en el que trato de descansar y
disfrutar después de un día con mucho movimiento. Cuando leo pasajes como el de hoy, me doy
cuenta de lo bueno que es Dios con nosotros.
¿Por qué? Porque como humanos
buscamos tener nuestros propios métodos para tener relajación y paz mientras
que Dios nos da el único para lograr verdadera paz. La palabra delicia en el original quiere
decir: placer, deseo, contentamiento, deleite, complacencia. Todo esto no lo encontramos en el mundo sino
en la ley de Jehová. Aunque pareciera
ilógico, las leyes de Dios nos llevan a un estado de placer, de contentamiento
y de deleite. Ahora, ¿cómo puede uno
vivir esto en la vida diaria? Te voy a
dar algunos ejemplos. Piensa en algún
momento que atravesaste con enfermedad.
Ya sea en tu vida o en la de otra persona cercana a ti. Tal vez has quedado sin trabajo. Puede ser que has atravesado
injusticias. Piensa en cualquier
situación difícil en la que hayas querido cambiar las cosas pero simplemente
nada puedes hacer. En ese preciso
momento, si uno sigue las instrucciones de la biblia: meditar en ella, día y
noche, podemos encontrar pasajes que nos recuerdan dónde está nuestra
esperanza. Nos recuerdan que Dios nos
ama y quiere lo mejor para nosotros. Nos
recuerdan que estamos de “paso” por este mundo y no pertenecemos a él. Nos recuerdan que si Dios es con nosotros,
quién contra nosotros. Nos recuerdan que
nuestros tesoros deben estar en el cielo y no en la tierra. Nos recuerdan que Dios debe estar sentado en
el trono de nuestra vida. En pocas palabras,
nos dan la perspectiva correcta de las cosas y encontramos esa delicia a la que
se refiere el pasaje de hoy. Ese gozo
que no se encuentra en ningún otro lugar.
Ese deleite, placer y contentamiento que solo Dios sabe darlo a la
perfección. Hoy te animo a que parte de
tu rutina diaria sea leer la biblia y meditar en ella durante el día. Te servirá para tener la mirada en el lugar
correcto y tus pasos te llevarán a donde Dios quiere que estés.
Oración
Señor: gracias. La paz y el deleite que traes a mi vida son
increíbles. Te pido perdón por mis
pecados y que pongas la perspectiva correcta en mi vida. Gracias por tu amor y consuelo
interminables. Gracias por preocuparte
por mi y buscar siempre lo mejor para mí.
Te pido reines en mi vida y aprenda a entregarte cada rincón sin
restricción. En el nombre de Cristo
Jesús. Amén.
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