Y ustedes, señores ¿hasta
cuándo cambiarán mi vergüenza? ¿Hasta
cuándo amarán ídolos vanos e irán en pos de lo ilusorio? Sepan que el Señor honra al que le es fiel;
el Señor me escucha cuando le llamo.
La madurez espiritual no
llega con los años sino con la entrega de tu vida a Jehová. Te lo repito: no importa el número de años
que tengas de conocer de Dios y Cristo, esto no te da madurez espiritual. Solamente puedes crecer y madurar cuando has
decidido obedecer y servir a Dios en cada área de tu vida. No lo digo para desanimarte sino para
abrirnos los ojos mutuamente y dejar de pensar que por el pasar de los años nos
convertimos en “adultos” espirituales.
Pablo, en su carta a los corintios nos explica en el capítulo 3 la
diferencia entre ser carnales o espirituales y cómo es nuestro deber buscar el
crecimiento espiritual. Al leer este
pasaje, me doy cuenta que David y Pablo están en la misma línea con Dios al entender
la necesidad de dejar atrás la carne y perseguir al espíritu. ¿Cuándo
van a dejar los ídolos y lo ilusorio?
Sepan que el Señor honra al que es fiel. Lo ilusorio es todo lo que tu carne
busca. Todo aquello que va en contra del
espíritu. ¿Cómo lo reconoces en la vida
diaria? Simple. Lo que satisface de manera momentánea es
carnal. Lo que satisface de manera
completa y permanente es del espíritu.
Por ejemplo, enojarte con alguien y dejar que tu ira tome el control,
gritarle o simplemente guardar el enojo con rencor y coraje, da mucho placer a
la carne. Es lo que tu cuerpo grita que
hagas ¿cierto? Le dijiste lo que
“merecía” te dirá la gente y te sentirás orgulloso de ti mismo. Por el contrario, cuando buscas al espíritu,
recuerdas Proverbios 15:1 que dice: la blanda respuesta quita la ira; mas la
palabra áspera hace subir el furor. ¿Te
das cuenta? ¿Pero cómo lograr esto? Honestamente va en contra de nuestra naturaleza
y por ello, solamente Dios puede, a través de su Espíritu que mora en nosotros,
hacer un verdadero milagro y transformar nuestras actitudes. Piénsalo.
Poner la otra mejilla nunca ha sonado como un buen plan. ¡Al contrario! Sin embargo, lo ilusorio a lo que David hace
referencia es justamente eso. Pensar que
la manera de actuar del mundo es mejor que la de Dios. No confíes en tu carne. No confíes en tus instintos. Confía obedeciendo a Jehová y Él promete que
te honrará y escuchará por serle fiel.
Medita en esto. No es fácil pero
definitivamente es un parte aguas para definir si realmente eres o no un
seguidor de Cristo.
Oración
Padre: yo no puedo cambiar
pero hoy aprendí que tu puedes hacer milagros en mi vida y cambiar lo
imposible. Pon en mi corazón y en mi
boca la blanda respuesta en lugar de la ira.
Pon en mi corazón tu voluntad por encima de la de mi carne. Pon sabiduría en mi para poder darme cuenta
cuando estoy cometiendo errores y persiguiendo lo ilusorio. Padre, yo quiero ser diferente. Yo quiero ser honrado y escuchado por
Ti. Yo no quiero estar amando a los
ídolos y caminando hacia el destino equivocado.
Alumbra mi camino y guía mis pasos mi Dios. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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