¡Apártense de mí, todos los
malhechores, que el Señor ha escuchado mi llanto! El Señor ha escuchado mis ruegos; el Señor ha
tomado en cuenta mi oración. Todos mis
enemigos quedarán avergonzados y confundidos; ¡su repentina vergüenza los hará
retroceder!
Los versículos anteriores
nos describían una escena de desesperación, cansancio, tristeza y
abatimiento. Sin embargo, entramos al
versículo 8 y todo cambia. ¡El Señor ha
escuchado su llanto y ha tomado en cuenta la oración de David! ¿Cuánto tiempo pasó entre un versículo y
otro? No lo sé. Lo importante no es conocer el tiempo. De hecho, estoy convencido que si supiéramos
con exactitud, la gente creería que en nuestras pruebas el tiempo debería ser
el mismo. Pero Dios, en su sabiduría,
nos dejó sin conocer ese detalle porque no es importante. Lo relevante es entender que, tarde o
temprano, las cosas cambian y Dios muestra sus planes. El mundo le llama: ver la luz al final del
túnel. Jehová revelando su estrategia es
realmente esa luz que la gente hace referencia.
Así como dice el refrán: no hay mal que dure cien años, debemos entender
que nuestra situación no puede ser eterna.
Y ¿qué hay del caso de aquellos que pierden a un ser querido? ¿Ese caso debiera ser eterno pues no
regresarán cierto? No. De igual forma, uno debe tener su periodo de
tristeza, llanto, confusión y eventualmente, dejar que Dios muestre qué camino
quiere que tomemos. No podemos quedarnos
sin hacer nada y tampoco podemos dejar que el dolor nos inunde y no nos deje
movernos. ¿Acaso no tenemos un Dios que
nos derrama su amor y consuelo? Entonces
no debemos dejar que la situación ni los sentimientos se apoderen de
nosotros. Pide a Dios que su Espíritu
consolador llene tu vacío y su amor te llene de paz.
Regresando al punto
original, qué maravilla entender que, aunque hayan pasado, días o años, llegará
un momento en que las cosas cambien.
Ahora, es muy importante pensar en cómo vamos a llegar a ese momento. ¿Espiritualmente más maduros? ¿Más alejados? ¿Igual?
¡Esto es importantísimo! Hoy es
cuando estás definiendo cómo llegarás a ese punto. Tal vez tu situación ha sido sumamente
difícil y piensas que la tormenta no dejará que salga el sol. Tal vez has ido mil y una vez a los pies de
Jehová pidiendo ayuda. Hoy debes saber
que Dios escucha tu oración y está trabajando aunque no lo veas ni lo
entiendas. Llegará un día. Un instante.
Y todo cambiará. Tal vez seas tú
el que cambió al tener mejor entendimiento y mayor dependencia al Señor o se
abrieron caminos donde no había nada. Cualquiera
que sea la resolución, espero que hoy busques trabajar para que tu crecimiento
espiritual sea continuo y puedas permanecer en Cristo sin importar lo que estés
atravesando.
Oración
Padre: No puedo dejar de
agradecerte por tu palabra y la alegría que traes a mi corazón. Te pido perdones mis pecados y sobre todo mis
cuestionamientos y reclamos. Hoy vengo a
Ti a pedirte por mi crecimiento espiritual y que no permitas que me aparte de
Ti. Guía mis pasos y lléname de tu amor
y consuelo. No dejes que las
circunstancias me aplasten sino trae tu luz a mi vida para que pueda caminar en
la dirección correcta. Te lo pido en
Cristo Jesús. Amén.
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