Te alabaré, oh Jehová, con
todo mi corazón; contaré todas tus maravillas.
Me alegraré y me regocijaré en Ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo.
Escribir estos devocionales
es mi manera de contar sus maravillas.
Tiene más de 8 años que empecé y sigo disfrutando cada día que escribo
aunque disfruto aun más cuando recibo un correo, llamada o comentario mencionando
la bendición que fue leer la meditación en la palabra de Dios. Dios es grande. Dios es maravilloso. La vida es difícil y la carne no ayuda. Cada uno de nosotros debe aprender a
discernir entre lo carnal y lo espiritual.
Entre los deseos personales y los de Dios. Cuando ejercitamos esta manera de pensar y
actuar, nuestras palabras comienzan a ser de alabanza, alegría y regocijo hacia
Jehová. Finalmente, compartimos sus
maravillas con los demás.
Estos versos sirven mucho
para evaluar tu nivel espiritual y comunión con Dios y te voy a decir por
qué. Hay dos opciones: que te sientas
identificado con David y sus palabras o que no te identifiques con ellas. Cuando uno se encuentra en la primera
instancia, es en el momento en que se ha permitido que Dios gobierne en su vida
y deja que Él guíe sin importar las consecuencias o lo que uno desea. Por otro lado, en la segunda instancia, esas
personas son las que conocen de Dios, le han escuchado y quieren recibir sus
bendiciones pero nunca agradecen por lo que tienen o se les ha dado. Para ellos no hay nada que contar a los
demás. Quieren más. piensan que merecen más. Piensan que Dios debería darles como a otras
personas les ha dado. Ahora te pregunto
¿de qué lado estás? No hay pretextos ni
explicaciones. Simplemente abre tu
corazón ante Jehová y date cuenta realmente de dónde estás parado. No te escondas de tu realidad. A Dios no lo podemos engañar.
Escribir estos devocionales
tiene como finalidad que las palabras del salmo de hoy se vuelvan realidad en
tu vida. Espero poder motivarte para
que, conforme atraviesas distintas pruebas en tu vida, puedas ver la mano de
Dios y sus milagros sean evidentes en cada paso que des y así poder cantarle,
alabarle y vivir agradecido. Entregar mi
vida al Dios de la biblia es lo mejor que he hecho en mi vida. Hoy escribo para contar sus maravillas y
espero te anime a que cuentes las tuyas.
Oración
Padre: gracias. Tu amor no lo merezco y sin embargo lo
derramas sobre mi de manera infinita.
Alabado seas. Me lleno de gozo al
saber que tienes cuidado de mí y que puedo acudir ante Ti cuando atravieso
cualquier situación. Gracias por tu
palabra y la oportunidad de leerla y estudiarla libremente. Te pido perdones mis pecados y que mi vida
sea un testimonio constante de las maravillas que haces. Gracias mi Señor. En Cristo Jesús. Amén
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