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15 abr 2015

Salmos 7:14-16

He aquí, el impío concibió maldad, se preñó de iniquidad, y dio a luz engaño.  Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en el hoyo que hizo caerá.  Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su agravio caerá sobre su propia coronilla.



No importa cuánto lo intentemos, con Dios solamente podemos permanecer o darle la espalda.  No hay tonos grises ni tampoco medias tintas.  Se está de un lado o se está del otro.  Ahora, la biblia constantemente nos muestra las consecuencias de cada una de estas decisiones.  En 2ª Corintios capítulo 6 nos dice que Él habitará entre nosotros y será nuestro Dios; será nuestro Padre y nosotros seremos sus hijos.  En Juan capítulo 8:44 dice: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.  Es importante entender esto.  No se trata de ser fatalista ni de juzgar a nadie.  ¡Nuestro pecado ya nos ha condenado!  Se trata de abrazar y no soltar el sacrificio que hizo Jesús y dejar que Él transforme nuestras vidas.  Después de haber entregado su vida por nosotros y sufrido lo que nosotros teníamos que sufrir, lo menos que podemos hacer es corresponderle con una vida llena de servicio y entrega.  Ahora, para todos aquellos que siguen pensando que pueden posponer esta decisión, el pasaje de hoy les advierte hacia dónde se dirige su camino.  No puede venir nada bueno que no provenga de Dios.  No podemos encontrar luz en las tinieblas ni amor en donde hay odio.  La justicia está en Jehová y todo aquél que no le obedece concibe maldad y da a luz engaño cavando un pozo donde él mismo caerá.  Medita en estas palabras pues son muy profundas.  Te lo repito: cada vez que le das la espalda al Señor, concibes y te llenas de maldad cavando un pozo para ti mismo.  No puedo disminuir la fuerza de estas palabras ni omitirlas.  Aquél que desobedece se hará merecedor a lo que este pasaje dice.  De hecho, es probable que ya lo hayas experimentado en carne propia.  A mí me ha pasado.  Cada vez que decido hacer mi voluntad, termino peor que como empecé.  Por el contrario, cuando obedezco a Dios, me gozo sabiendo que Él es mi Padre y quiere llenarme de sus bendiciones.  No sé de qué lado estás.  Lo que sí te puedo decir es que te conviene estar con Jehová.  Lee nuevamente el pasaje y abre los ojos.  Has memoria de cada ocasión en la que hayas decidido conforme a tu voluntad y cómo terminaste cavando un pozo para ti mismo en lugar de recibir paz y gozo.  Se honesto.  No te engañes a ti mismo. 

Oración
Padre: yo quiero estar de tu lado y poder ser llamado tu hijo.  Perdona mis pecados y tanta rebeldía de mi parte.  Hoy entiendo que yo mismo he cavado mi propio pozo y me he metido donde no debía por mi orgullo y necedad.  Trae luz a mi vida y ayúdame a tomar mejores decisiones.  Ayúdame a que mis deseos sean tus deseos y mis actos sean agradables a Ti.  Transforma mi corazón.  Renueva mi mente.  Toma mi vida mi Dios.  Te lo pido en el nombre de mi Señor Jesús.  Amén.

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