Señor y Dios mío, mírame y
respóndeme; ilumina mis ojos, así no caeré en el sueño de la muerte; así no
dirá mi enemigo: lo he vencido, así mi adversario no se alegrará de mi caída.
En 1Reyes 19:12 dice: y tras el terremoto un fuego, pero Jehová no
estaba en el fuego. Y tras el fuego un
silbo apacible y delicado. Cuando
nos encontramos en alguna adversidad, es normal querer encontrar algunas
respuestas. Es normal buscar
soluciones. David le pide a Dios que le
mire y le responda, pero cómo saber cuándo responde el Señor. ¿Cómo darnos cuenta por dónde nos está
guiando? ¿Cómo reconocer su voz? En el pasaje de Reyes, Elías estaba siendo
perseguido, al igual que David, para ser asesinado. Un ángel le pide que salga al monte a
encontrarse con Jehová y encuentra un gran viento, un terremoto, un gran fuego
y en ninguna instancia estuvo el Señor. No
fue sino hasta que llego el viento apacible y delicado que supo que había llegado. Así nosotros tenemos que discernir entre lo
que es y no es del Señor. ¿Cómo? Corroborando que siempre esté en línea y
armonía con lo que dice la biblia. Si es
alguna opción que pareciera buena pero no cumple en su totalidad con lo que
dice la palabra, descártala inmediatamente y no entres en tentación.
Posteriormente, David pide
que le permitan vivir para que su enemigo no se goce sobre su muerte. Mientras pareciera una petición razonable,
honestamente creo que no tiene sentido orar por algo así. Poniéndolo a la luz de la vida de Cristo, me
parece que no debemos tener este tipo de oraciones o deseos. Imagina a Jesús pidiendo que no muera en la
cruz para que aquellos que se estaban burlando dejaran de hacerlo. ¡No tiene sentido! Recuerda que la biblia está llena de humanos
como tú y yo. Esto quiere decir que no
todo lo que hacen es bueno. ¡Cometen
muchos errores! A mi parecer, esta
petición de David es un error. Pero así
es nuestra carne. Le gusta dejar que el
orgullo tome las riendas y decida nuestros impulsos y sentimientos. ¿¡Qué importa lo que piensen o hagan los
demás si nosotros estamos obedeciendo al Señor!? Este sentir solamente trae malestar y amargura. ¿Y si Dios decide que nosotros perecemos
antes que nuestros enemigos? ¿Si decide
que nosotros perdamos mientras los otros ganan?
¿No lo perdió todo Job con el consentimiento del Señor? Es difícil aceptarlo pero la biblia una y
otra vez nos repite que esta vida no debemos valorarla en la carne sino en el
desarrollo de nuestro espíritu. Nuestra carne
busca estabilidad en las cosas del mundo mientras que nuestro espíritu las
busca en las cosas de Dios. Ahora tienes
que decidir. ¿El mundo o Dios?
Oración
Señor: definitivamente te
escojo por encima de cualquier otra cosa.
No quiero que mi carne reine sobre mi sino tu Espíritu. Padre, Tú sabes lo que hay en mi corazón, Tú
sabes lo que me quita el sueño, Tú sabes aquello que me deja intranquilo. Me pongo a tus pies y te entrego mis cargas
para tomar ahora las tuyas que son livianas.
Crece en mi vida mientras mi carne disminuye. Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús. Amén
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