Cuídame, oh Dios, porque en
Ti busco refugio.
Aunque está muy corto el
versículo, te pido que lo vuelvas a leer lentamente y con mucho
detenimiento. Respira profundo y mantén
el aire. Suéltalo entendiendo que en
Dios está tu refugio. Todo,
eventualmente todo, se desvanecerá pero Jehová permanece para siempre. ¿Cuántas veces te has encontrado en un
momento difícil donde no sabías hacia dónde caminar? Que difícil resulta estar en una disyuntiva y
no saber cómo reaccionar ni cómo salir adelante. ¿Sabes?
Dios permite pruebas en nuestras vidas para perfeccionar nuestra fe y
moldear nuestro carácter. Esto significa
que, si sigues confiando en tu cuenta de banco como el refugio inmediato por
encima del Señor, es posible que Él se encargue de probar tu corazón haciendo
que esa cuenta disminuya hasta que abras los ojos y te des cuenta de que ese
dinero está tomando el lugar de Dios. ¿Lo
puedes entender? Las palabras del salmo
son pocas pero muy poderosas. ¡El
refugio, la protección, está solamente en Jehová! Lo triste es lo rápido que lo olvidamos. Llega un momento difícil y el estrés se
apodera de nosotros. La preocupación
reina. La paz parece quedar en un
rincón. Así nos pasa a todos. No eres el único. Nuestra carne quiere que actuemos conforme a
lo que podemos ver y tocar mientras que Dios nos lleva a confiar en Él. Ahora, Dios no es malo y nos deja sin ninguna
muestra de su poder. Basta que confíes
una vez, que pongas a prueba su palabra y te darás cuenta de cómo los milagros
realmente existen. Así como Jesús se
encargó de alimentar a miles de personas con unos cuantos peces y panes, hoy en
día quiere hacer cosas maravillosas en tu vida que jamás imaginarás. ¿Por dónde comenzar? Dándote paz en medio de tanto caos. Dándote refugio cuando nada parece tener
sentido. Dándote esperanza en un mundo
perdido. Has una pausa y medita por un
momento cuál es tu refugio. ¿A dónde, a
quién o en qué confías cuando las cosas están mal? Ten fe y deja todo a un lado. Deja que Dios sea tu único y suficiente
refugio. Sin importar lo que estés
atravesando, entrega tu vida y pide al Señor que sea tu refugio.
Oración
Padre: te pido seas mi
refugio. Sin importar lo que venga,
quiero siempre confiar en ti y no apartarme de tu camino. Te pido traigas paz a mi corazón y no me deje
llevar por mi carne. En Cristo Jesús,
Amén.
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