Por eso, queridos
hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los
halle sin mancha y sin defecto, y en paz con Él. Tengan presente que la paciencia de nuestro
Señor significa salvación, tal como les escribió también nuestro querido
hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le dio. En todas sus cartas se refiere a estos mismos
temas. Hay en ellas algunos puntos
difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes tergiversan, como lo
hacen también con las demás escrituras, para su propia perdición.
No dejo de
sorprenderme en aquellos que niegan a Dios por considerarlo “creado por el
hombre” o que no se puede explicar científicamente. Hablan de cuando el mundo se creó hace miles
de millones de años y eso lo creen sin ninguna dificultad. Hablan de la evolución sin tener al cien por
ciento la línea entre el simio y el homo sapiens. Pero lo dan por hecho y resulta blasfemia el
cuestionar su veracidad. Pero cuando se
refiere a Dios, cuando hablamos de un ser que no podemos encerrar en nuestras
mentes ni explicar con métodos científicos, entonces sí, ¿cómo podemos creer en
eso? Personalmente me resulta más
difícil creer que la tierra tiene miles de millones de años. No porque los tenga o no sino porque nadie ha
vivido ni siquiera doscientos años para poder confirmar que nuestro método para
identificar la “edad” es correcto. ¿no
te parece ilógico? Hace tiempo vi un
documental sobre el ADN. Lo que
encontraron unos científicos es que todos tenemos un mismo gen que se transmite
por la madre solamente. Le llamaron
Eva. Resulta que ese gen, lo encontraron
en todos los humanos y, en resumen, comprueba que todos venimos de una misma
“madre Eva”. También, el mismo ADN,
según los científicos, eliminaba la opción de que el ser humano tuviera miles
de años de existencia. Los cálculos que
le daban eran sumamente similares a los que historiadores de la biblia le dan a
nuestra existencia. Aproximadamente 6000
años. A pesar de esas negaciones,
críticas e incluso burlas, la biblia nos dice que Dios es paciente. Paciente para que abran los ojos y se den
cuenta de su error. Paciente a pesar de
que la gente tergiversa su palabra. Así
también nosotros debemos ser con nuestro prójimo. Pacientes.
Orando por ellos. No queriendo
juzgar ni querer “convertir” a nadie. Nuestro
llamado es a compartir el evangelio y anunciar a Cristo amando a nuestro
prójimo. Del resto se encarga Dios. Por ello Pedro nos dice: esfuércense cada día
para que sean hallados sin mancha y sin defecto, en paz con el Señor.
Allá afuera vas a
escuchar muchas cosas acerca de Dios. No
todas serán ciertas. Algunas te
confundirán. Por esta razón debes acudir
a la biblia. Debes corroborar lo que
escuchas y no creer simplemente porque alguien dijo. Mientras tanto, preocúpate por mantenerte
santo. Preocúpate por compartir a Cristo
dando testimonio con los que te rodean. Preocúpate
por estar en paz con el Señor. No te
dejes confundir ni engañar. Pide a Dios
por sabiduría para que abra tu entendimiento y te revele su palabra conforme a
su voluntad.
Oración
Señor: gracias por
tu palabra que está llena de enseñanza. Gracias
por advertirme que muchos usan tu nombre sin siquiera conocerte. Te pido por sabiduría para no confundirme de
lo que escucho y que siempre pueda venir a tu palabra para corroborar lo que
escucho de Ti. Perdona mis pecados mi
Dios y permite que pueda vivir sin mancha y en paz contigo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario