En aquella ocasión, su voz conmovió la
tierra, pero ahora ha prometido: Una vez más haré que se estremezca no sólo la
tierra sino también el cielo. La frase
“una vez más” indica la transformación de las cosas movibles, es decir las
creadas, para que permanezca lo inconmovible.
Recientemente vi un video que me pareció
sumamente interesante. Hablaba del
humanismo. De ser feliz hoy. De no pensar que al morir necesariamente hay
un castigo o un premio. Tenía principios
muy interesantes. ¿Para qué angustiarse
por lo que pasa después de la muerte?
Todo lo bueno tiene que terminarse. Así como un buen libro termina o una rica
comida, la vida debe terminar y eso la hace excepcional. ¡Suena increíble! Disfrutamos al máximo nuestra vida y cuando
llegue el momento simplemente cerramos los ojos y todo termina. Independientemente de lo que dice la biblia,
le encuentro un gran problema a este principio: nadie ha regresado de la muerte
para platicarnos qué pasó. Entonces la
probabilidad de que se acabe o que sigamos se vuelve prácticamente la misma. Personalmente, incluso sin incluir a Dios,
prefiero tomar el lado de la posibilidad de que haya un cielo o infierno y
crear las condiciones para alcanzarlo.
Bien. Dicho todo esto, hay que ir
a lo que dice la biblia para poder tomar un punto de partida. Dios ha prometido y cumplido en cada ocasión. No ha fallado una sola vez. A mi parecer, le da mucho mayor credibilidad
que a los buenos deseos de las personas para cambiar nuestra manera de pensar
sobre lo que sucede después de la muerte o incluso la manera de vivir el día a
día. Dios tiene control pleno sobre todo
lo que vemos y no vemos. Su voz manda
los vientos, los planetas, los mares, los volcanes y todo lo que puedas pensar
está sujeto a su voluntad. Entonces, si
Él nos dice: una vez más haré que se estremezca no sólo la tierra sino también
el cielo, nos indica un punto de inflexión.
El pasaje nos explica que este cambio traerá como consecuencia la
transformación de lo movible y la permanencia de lo inconmovible. En otras palabras, la terminación de tu carne
y la permanencia de tu alma o espíritu. Por
lo tanto, si nuestra alma es la que permanece, nuestro día a día debemos
dedicarlo a enriquecerla y fortalecerla.
¿Cómo? Haciendo lo que es agradable
al Espíritu y dejando atrás lo que agrada a la carne. ¿Lo puedes entender? La carne es movible. Temporal.
Pasional. El espíritu es
inconmovible. Eterno. Mientras el mundo nos muestra videos con
buenos deseos y maravillosos pensamientos, Dios nos ha mostrado cómo encontrar
la verdadera felicidad y paz que permanece.
Nos ha mostrado lo que sucede con nosotros al morir y mejor aún, nos ha
dado esperanza de que las cosas no terminan al cerrar los ojos sino al
contrario, comienza lo mejor.
Oración
Padre: gracias por traer discernimiento y
entendimiento a mi vida. Gracias por
mostrarme la diferencia entre la carne y el espíritu y cómo el segundo es mucho
mejor que el primero. Te pido
desarrolles mi espíritu y me guíes para dejar atrás mi carne y sus deseos. Pon tus deseos y tus prioridades en mi
vida. En el nombre de Cristo Jesús. Amén
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