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14 nov 2014

Hebreos 12:26-27

En aquella ocasión, su voz conmovió la tierra, pero ahora ha prometido: Una vez más haré que se estremezca no sólo la tierra sino también el cielo.  La frase “una vez más” indica la transformación de las cosas movibles, es decir las creadas, para que permanezca lo inconmovible.



Recientemente vi un video que me pareció sumamente interesante.  Hablaba del humanismo.  De ser feliz hoy.  De no pensar que al morir necesariamente hay un castigo o un premio.  Tenía principios muy interesantes.  ¿Para qué angustiarse por lo que pasa después de la muerte?  Todo lo bueno tiene que terminarse.  Así como un buen libro termina o una rica comida, la vida debe terminar y eso la hace excepcional.  ¡Suena increíble!  Disfrutamos al máximo nuestra vida y cuando llegue el momento simplemente cerramos los ojos y todo termina.  Independientemente de lo que dice la biblia, le encuentro un gran problema a este principio: nadie ha regresado de la muerte para platicarnos qué pasó.  Entonces la probabilidad de que se acabe o que sigamos se vuelve prácticamente la misma.  Personalmente, incluso sin incluir a Dios, prefiero tomar el lado de la posibilidad de que haya un cielo o infierno y crear las condiciones para alcanzarlo.  Bien.  Dicho todo esto, hay que ir a lo que dice la biblia para poder tomar un punto de partida.  Dios ha prometido y cumplido en cada ocasión.  No ha fallado una sola vez.  A mi parecer, le da mucho mayor credibilidad que a los buenos deseos de las personas para cambiar nuestra manera de pensar sobre lo que sucede después de la muerte o incluso la manera de vivir el día a día.  Dios tiene control pleno sobre todo lo que vemos y no vemos.  Su voz manda los vientos, los planetas, los mares, los volcanes y todo lo que puedas pensar está sujeto a su voluntad.  Entonces, si Él nos dice: una vez más haré que se estremezca no sólo la tierra sino también el cielo, nos indica un punto de inflexión.  El pasaje nos explica que este cambio traerá como consecuencia la transformación de lo movible y la permanencia de lo inconmovible.  En otras palabras, la terminación de tu carne y la permanencia de tu alma o espíritu.  Por lo tanto, si nuestra alma es la que permanece, nuestro día a día debemos dedicarlo a enriquecerla y fortalecerla.  ¿Cómo?  Haciendo lo que es agradable al Espíritu y dejando atrás lo que agrada a la carne.  ¿Lo puedes entender?  La carne es movible.  Temporal.  Pasional.  El espíritu es inconmovible.  Eterno.  Mientras el mundo nos muestra videos con buenos deseos y maravillosos pensamientos, Dios nos ha mostrado cómo encontrar la verdadera felicidad y paz que permanece.  Nos ha mostrado lo que sucede con nosotros al morir y mejor aún, nos ha dado esperanza de que las cosas no terminan al cerrar los ojos sino al contrario, comienza lo mejor.

Oración

Padre: gracias por traer discernimiento y entendimiento a mi vida.  Gracias por mostrarme la diferencia entre la carne y el espíritu y cómo el segundo es mucho mejor que el primero.  Te pido desarrolles mi espíritu y me guíes para dejar atrás mi carne y sus deseos.  Pon tus deseos y tus prioridades en mi vida.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén

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