Así que
ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de
alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre.
¡Cuán
daño tan grade podemos causar con tan pocas palabras! Si puedo considerarlo como una virtud
personal, tengo facilidad para hablar y llevar discusiones sin importar lo
difíciles que pudieran ser. Sin embargo,
puedo caer en el “lado oscuro” y terminar aplastando a alguien simplemente por
querer “ganar” la conversación. La
biblia nos advierte constantemente de lo peligrosa que es la lengua. Personalmente he tenido que “tragarme” muchas
de mis palabras y es probable que hayas pasado por situaciones similares. El versículo de hoy nos enseña el gran
potencial que tienen nuestros labios.
Nos recuerda que podemos hablar palabras de alabanza y gloria a nuestro
Salvador. Así que, aprovechemos este
tiempo para meditar todo aquello que sale de nuestra boca. ¿Estas utilizando tus labios para edificar o
para destruir? Recientemente descubrí
que estaba cayendo en un círculo vicioso y mi boca estaba hablando pura
destrucción. Atravesé, a mi parecer,
varias circunstancias injustas y quería desahogarme de alguna manera. Sin embargo, conforme pasó el tiempo, entendí
que lo estaba haciendo incorrectamente.
Gracias a Dios por el versículo de hoy que me recuerdan lo importante
que es utilizar mis labios para lo que fueron creados: dar gloria a Dios. Me gustaría poder hablar solamente de lo
bonito e increíble que es hablar con puras palabras de alabanza y
reconocimiento a Dios pero definitivamente estaría hablando de una realidad muy
distinta a la mía. Dentro de mí siguen
saliendo palabras que no deberían salir.
Sigo teniendo actitudes que no debería tener. Por ello, la meditación y enseñanza de hoy no
están buscando que seamos perfectos sino que continuamente estemos buscando esa
perfección. ¿Entiendes la diferencia? Ofrezcamos
continuamente sacrificio de alabanza a Dios. No un domingo. No una temporada. Continuamente. Dios está queriendo abrir tu entendimiento
para que ahora pongas atención a tus palabras.
Quiere que veas lo que haces con tus labios y cuánto los estamos
desperdiciando. Hoy te animo a que
tomemos una actitud distinta y pongamos gran esfuerzo a cuidar lo que sale de
nuestros labios. Te animo a que
busquemos estar continuamente alabando a Cristo con el fruto de nuestros
labios. Apaga la televisión o la música
que estás escuchando y proclama lo grande y maravilloso que es Dios. ¡Dale gracias por los milagros que hace diario
en tu vida! Utiliza este gran regalo que
son tus labios para dar gloria a Aquél que la merece. Estoy convencido que, si constantemente
buscamos utilizar nuestros labios para Su honra y alabanza, nuestra vida entera
se verá transformada. Ponlo a prueba por
un día y date cuenta personalmente en el resultado.
Oración
Padre:
quiero, aunque sea por un día, utilizar mis labios para darte gloria
continuamente. Perdona todas aquellas
palabras que han salido de mí y que están muy alejadas de darte alabanza. Quiero aprender a hablar para edificar y no
para destruir. Me encomiendo a Ti y te
pido que reines en mi vida. Te lo pido
en el nombre de Cristo Jesús. Amén.
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