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9 ene 2015

Hebreos 13:17

Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, pues cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas.  Obedézcanlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse pues el quejarse no les trae ningún provecho.



Platicando con una persona me decía que el factor más común que encontraban (dentro de su empresa y nicho) para que un equipo se desintegrara o tuviera problemas para funcionar era la falta de claridad en los roles que desempeñaría cada integrante.  No son los problemas que uno encuentra lo que los separan sino la incapacidad de definir lo que cada miembro debe realizar.  Al leer el versículo de hoy, me doy cuenta que Dios es tan sabio que no necesita de estadísticas para entender lo que pasa cuando hay un grupo de personas.  Por esta razón nos da roles específicos.  Nos guía para formar congregaciones y da la pauta para poder llevar un matrimonio exitoso siguiendo sus principios.  Pero no termina ahí.  Como congregantes también tenemos responsabilidades.  Sí.  Aunque nada más atiendas los domingos o algún otro día a escuchar de la palabra, tu responsabilidad es someterte a los líderes pues ellos están buscando lo mejor para ti.  A pesar del hecho de que, si juntamos a puros seguidores de Cristo, el grupo debería actuar diferente, la realidad es que todos somos pecadores y nos equivocamos constantemente.  Por eso, necesitamos tener orden y ese orden proviene de los dirigentes.  ¿Sabes?  El hecho de que sirvan a Dios no quiere decir que han dejado de vivir en este mundo.  Siguen siendo iguales a ti y a mi.  Siguen teniendo tentaciones y más aún, Satanás está tras de ellos queriendo estorbar en todo lo que pueda su comunión con Jehová.  Entonces, si algo podemos hacer como congregantes, debemos estar listos para hacerlo y Dios nos lo dijo muy claro: obedezcan y sométanse a sus dirigentes.  No tienes que estar de acuerdo con todas las decisiones que se toman.  No tienes que recibir una explicación de lo que se hace.  Simplemente te corresponde orar por los líderes y obedecer.  Ahora, es importante hacer una nota puesto que no debes obedecer a ciegas.  Siempre debes verificar que las decisiones estén justificadas bíblicamente.  En caso contrario, simplemente sal de esa congregación.
Pienso que si pudiéramos parafrasear la segunda parte del versículo diría algo así: cada vez que obedeces a tus líderes les facilitas enormemente su trabajo.  Piénsalo.  Medita en ello.  Tal vez eres una piedra en el zapato en lugar de lámpara para los demás.  Dios, en su sabiduría, sabe que habrá personas que necesitan escuchar estas palabras y que sean puestas “en su lugar”.  Es posible que seas uno de ellos.
Hoy te invito a meditar en tu actitud hacia la iglesia de Dios.  No es de nosotros.  Somos una congregación porque compartimos la gracia, misericordia y amor de Cristo.  Seamos humildes.  Oremos por nuestros líderes y obedezcamos sus direcciones.  Seamos canales de crecimiento en lugar de barreras que obstruyen.

Oración

Padre: te pido abras mi corazón y pueda ver cuánto he estorbado en mi congregación.  Te pido cambies mis actitudes y sea una persona que obedece a sus líderes con gozo y busca servir constantemente.  Gracias por dejarnos una guía para existir sabiamente como congregación.  Perdona mis pecados Padre y no permitas que me aparte de Ti.  Te lo pido en el nombre de Jesús.  Amén.

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