No me reprendas, Señor, en
tu ira; no me castigues en tu furor.
Tenme compasión, Señor, porque desfallezco; sáname, Señor, que un frío
de muerte recorre mis huesos. Angustiada
está mi alma ¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
Por más que me gustaría
decirte que Dios siempre cumple con ciertos patrones, la realidad es que
resulta imposible tratar de catalogarle y encerrarlo a aquello que se encuentra
dentro de nuestra comprensión. En el
pasaje de hoy, vemos a David pidiendo a Dios que le sane. Probablemente se encontraba enfermo por algún
pecado que cometió. Leyendo con
detenimiento podemos ver la relación entre el castigo de Dios y la necesidad de
ser sanado. Por ello pienso que David se
encontraba enfermo a causa de su pecado.
Pero, ¿cómo saber si Dios me está castigando? ¿Cómo saber si mi enfermedad es causa de un
pecado que cometí? La verdad es que no
podemos saberlo con precisión. Lo que sí
podemos saber, es que, independientemente la causa, el resultado en nosotros
debe ser la humillación y el reconocimiento de nuestra necesidad de Dios y su
gran misericordia al permitirnos acercarnos a Él sin merecerlo. Piénsalo.
¿No merecemos el castigo de Dios?
Se honesto. ¿Cómo compararnos
ante su perfección? ¿Cómo tratar de ser
buenos para ser perdonados o aceptados?
¡Imposible!
Tal vez hoy estás
atravesando una enfermedad. Ya sea
personal o de algún ser querido. Puede
ser una enfermedad crónica, pasajera o terminal. Si algo quiero que te quede grabado el día de
hoy es que lo importante no es recuperar la salud. Leíste bien.
La salud no debe ser el centro de tus oraciones sino la voluntad de
Jehová y tu crecimiento espiritual.
David pide primero por compasión y luego por la salud. Hagamos lo mismo. Pidamos por compasión entendiendo que Dios es
Dios y nosotros estamos muy por debajo de Él y no merecemos nada de Él. Compasión.
Misericordia. Pidamos por estas
dos características. Pidamos que nuestro
orgullo sea aplastado para que deje de estorbar en nuestra comunión con Jehová. Posteriormente, pidamos, si es la voluntad de
Jehová, que la salud llegue. ¿De qué
sirve tener salud si nuestra alma se va al infierno? La salud es pasajera mientras que el alma es
eterna. Piénsalo. Medita en esto. Tienes que aprender a discernir y así llegará
el crecimiento espiritual.
Oración
Señor: no merezco lo que
haces por mí. No merezco tu perdón, tu
misericordia, tu compasión y, sobre todo, tu infinito amor. Gracias.
Gracias por darme tanto. Gracias
por estar ahí aunque yo te he dado la espalda.
Hoy quiero pedirte que tengas compasión de mí y que pueda aprender a
buscar lo espiritual por encima de lo carnal.
Te pido pueda aprender a ver con tus ojos y confiar que tienes todo bajo
control. Perdona mis pecados Padre y
escucha mi oración en Cristo Jesús. Amén
1 comentario:
Santo, Santo, Santo
solo eres tu Señor 🙌
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