Invoco al Señor que es
digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos. Los lazos de la muerte me envolvieron, los
torrentes destructores me abrumaron. Me
enredaron los brazos del sepulcro y me encontré ante las trampas de la
muerte.
En este año, en la iglesia
que atiendo lanzaron un proyecto que me fascina. Se llama “góspel central”. Consiste en testimonios de personas que han
entregado su vida a Cristo y cada uno de ellos pone “etiquetas” dependiendo el
tipo de situaciones que atravesaron. Por
ejemplo: adicciones, abusos, prostitución, maltrato, abandono, aborto entre
muchas otras cosas. ¿El propósito? Ayudarnos a compartir el evangelio con
aquellos que dicen: tú no me entiendes, tú no sabes por lo que yo estoy
atravesando. Entonces, mi respuesta es:
tienes razón, yo no lo entiendo pero mira este video de esta persona que
atravesó por algo similar y hoy está entregando su vida a Jehová para salir
adelante. Si bien, es una excelente
herramienta, la biblia no deja de ser plena.
La vida de David es sumamente útil para todos aquellos que atravesamos
momentos difíciles. Simplemente vuelve a
leer el pasaje y date cuenta de todo lo que tuvo que atravesar: lazos de la
muerte, torrentes destructores, enredados sus brazos al sepulcro y trampas de
la muerte. En otras palabras: estuvo a
punto de morir. Honestamente no puedo
pensar en una situación más complicada pero no se trata de competencias para
encontrar a aquél que más ha sufrido sino a los que han escogido dejar de
sufrir, entregando sus cargas al Señor para llevar la Suya que es ligera. ¿Lo puedes entender? David sufrió sin merecerlo. Atravesó por injusticias y estuvo a punto de
morir. ¿En dónde estás parado? ¿Qué tan grave o incierta es tu
situación? ¿Crees que Dios puede hacer
algo al respecto? David escribe este
Salmo siendo ya rey de Judá y dice: invoco al Señor que es digno de alabanza y
quedo a salvo de mis enemigos.
¿Sabes? A veces el Señor tiene
que enseñarnos mucho antes de poder darnos responsabilidades. David no dijo: en mi ejército tengo confianza. En mi reino tengo el poder. Él pudo entender que su reino y nada en este
mundo pueden compararse con el clamor a Jehová y nuestra confianza depositada
en Él. Medita en dónde está tu
confianza. Reflexiona en dónde estás
depositando tu paz y tu escudo.
¿Realmente es Dios quien gobierna y dirige tu vida?
Oración
Padre: Alabado seas. Eres digno de toda la gloria y alabanza. Gracias Señor por tu amor y sobre todo por tu
palabra que es luz a mi camino. Gracias
por darle sentido a mi vida a pesar de las circunstancias adversas. Gracias por traer esperanza cuando todo está
de cabeza. Gracias por llenarme de tu
paz cuando no veo ninguna solución a mis problemas. Padre, reina en mi vida siempre y no permitas
que me aparte de Ti. Te lo pido en Cristo
Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario