La tierra tembló, se
estremeció, se sacudieron los cimientos de los montes ¡retemblaron a causa de
su enojo! Por la nariz echaba humo, por
la boca fuego consumidor ¡lanzaba carbones encendidos!
En los versículos
anteriores David clamaba a Jehová y Él escuchó.
Los versículos 7 en adelante nos describen lo que sucede cuando Dios
escucha y reacciona ante nuestras oraciones.
Resulta muy interesante y alentador leer este pasaje. ¿Por qué razón? Porque es fácil olvidar quién es Dios. Es fácil perder la perspectiva de a qué Dios
seguimos. Es fácil perdernos en el día a
día y nuestras “grandes” necesidades.
Nuestros problemas parecen superiores a cualquier posibilidad de ser
arreglados y se nos olvida que cuando Dios escucha y actúa, la tierra tiembla y
se sacuden los cimientos de los montes. ¿Puedes
darle perspectiva a esto? El Dios de la
biblia es un Dios amoroso y todopoderoso.
¡No lo olvides! ¿Qué te quita la
paz el día de hoy? ¿Qué no te deja
disfrutar de tu día y ser feliz? Lee
nuevamente el pasaje y abre los ojos a lo que sucede en la tierra cuando
nuestro Dios se levanta. Él decide hacia
dónde se dirige el viento. Él decide
cuándo va a llover y cuándo para.
Nosotros pensamos que nuestra situación es tan única que ni Dios puede
hacer algo al respecto. No te dejes
engañar por Satanás. Dios no tiene
límites. Que te quede muy claro: Dios
está de tu lado. ¿Quién es ese
Dios? El Creador al que todos ser
viviente se humilla y alaba ante su presencia.
El Dios al que los demonios le temen y huyen. ¿Cómo es tu Dios? ¿Estás utilizando las características que su
palabra nos da o estás creando tu propio dios?
Sin importar lo que estés
atravesando, Dios escucha y responde a tus oraciones. Debes estar convencido que tus oraciones no
pasan desapercibidas y se pierden en la nada.
Él escucha atentamente y, lo mejor de todo, tomará acción. Vivamos convencidos de que el Señor nos ama,
nos escucha y busca lo mejor para nosotros.
En consecuencia, vivamos obedeciendo su palabra y sirviéndole en todo lo
que hagamos.
Oración
Padre:
gracias. Gracias por darme la
perspectiva correcta de quién eres y cómo nada puede detenerte. Te entrego mi vida y doblo mis rodillas ante
Ti para que guíes mis pasos y viva de manera agradable a Ti. En Cristo Jesús. Amén.
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