Tú que salvas con tu
diestra a los que buscan escapar de sus adversarios, dame una muestra de tu
gran amor. Cuídame como a la niña de tus
ojos, escóndeme bajo la sombra de tus alas, de los malvados que me atacan, de
los enemigos que me han cercado.
Nunca olvides que Dios es
la esencia misma del amor. Él es
amor. Te ama tanto que sacrificó a su
Unigénito. Lo mandó a sufrir por ti y por
mí. Su amor no para cuando pecamos y le
damos la espalda. Tu amor no está sujeto
a que nos portemos bien o cumplamos con ciertos requisitos. Su amor es infinito. Su amor es perfecto. Su amor todo lo puede. Por todas estas características, David apela
a ese amor. “Dame una muestra de tu gran amor”.
Unas migajas bastan. No necesito
todo. Sabía que su amor es infinito que
con muy poco sería más que suficiente. “Cuídame; escóndeme” le pide al
Señor. Sabes, cuando las circunstancias
nos alteran, es común que nos dejemos llevar por lo que está pasando, lo que
vemos y olvidamos lo que no vemos: a Jehová trabajando. Has una pausa en tu vida. Medita lo que está sucediendo contigo o con
algún ser querido. Si tu situación es
estable, es momento de apoyar a los que necesitan del amor en Cristo. No seas egoísta y cierres tus ojos a las
necesidades de la familia espiritual.
Tal vez el Señor quiera utilizarte para consolar o animar a tu hermano
en Cristo. Si por el contrario, tu
situación es difícil y estás angustiado como lo estaba David al escribir este
salmo, te recomiendo que utilices este pasaje como un ejemplo de oración. Abre tu corazón al Señor. ¡No tienes que mantener ninguna apariencia
con Él! No importa lo mucho que hayas
caído, Él quiere recibirte con los brazos abiertos. Dobla tus rodillas. Abre todo tu ser al Señor. Pide perdón y busca refugio y consuelo en su
infinito amor. Solamente Él podrá llenar
tu vida. Solamente Él podrá darle
sentido a lo que parece no tenerlo. No desperdicies
lo que Dios te da sin restricción. Hoy quiero
animarte a que mueras a tu carne y crezcas tu espíritu reconociendo que
necesitas del Señor. Gózate porque Él
está ahí, a tu lado, listo para darte una muestra de su infinito e increíble
amor.
Oración
Señor: perdóname. Te pido me llenes de tu amor, paz y
consuelo. No quiero seguir caminando sin
Ti. Toma mi vida. Que todo lo que haga sea para darte
gloria. Te lo pido en el nombre de
Cristo Jesús. Amén
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