Hebreos 2:14-15

Por tanto, ya que ellos son de carne y hueso, Él (Cristo) también compartió esa naturaleza humana para anular, mediante la muerte, al que tiene el dominio de la muerte –es decir, al diablo-, y librar a todos los que por temor a la muerte estaban sometidos a esclavitud durante toda la vida.

Sé que lo he repetido mucho pero es necesario volverlo a hacer: Satanás existe.  No es un invento.  No es creación de nuestros padres para que nos portemos bien.  Existe y es muy real.  Así como confundió a Eva quiere confundirte a ti.  Quiere engañarte.  Quiere eliminar tu comunión con Dios.  Él te acusa y busca aplastarte cuando haces algo mal mientras que Cristo te perdona y clava tus pecados en la cruz.  Es importante recordarlo.  Es importante saber contra qué nos estamos enfrentando.  Así también Jesús es real.  Fue hecho de carne y hueso.  Compartió nuestra naturaleza humana.  Cada sentimiento lo tuvo como tú y yo.  En el desierto tuvo hambre.  En el templo se enojó al ver a los comerciantes.  Se conmovió.  Se entristeció.  Se alegró.  Se preocupó.  Sin embargo hubo algo que lo diferencia de todos nosotros.  Era el Hijo de Dios.  Por consecuencia, Dios mismo.  Anunciaba y anuncia las palabras del Padre.  Obedecía sus mandamientos y se mantuvo siempre fiel.  A pesar de conocer su destino, no dejó de obedecer.  Expuso sus sentimientos al pedir al Padre la oportunidad de no tener que sufrir el calvario mientras que al mismo tiempo entregó todo a Jehová al preferir que se hiciera conforme a Su voluntad.  ¡Ese es Cristo!  Hebreos nos da muchos detalles de Él.  Es importante que entiendas quién es.  Es importante que conozcas las características que tiene.  Es importante que sepas qué logró con su muerte.  Muchas personas saben que murió para pagar por nuestros pecados pero pocos tienen conocimiento de los versículos de hebreos donde nos dice que nos libra de la esclavitud a la muerte y a Satanás.  Poca gente sabe que, mientras no acepten a Jesús, son esclavos del pecado y de Satanás.  Tú y yo debemos saberlo y compartirlo.  También debe servirnos para entender a las personas y no juzgarlas.  Muchas veces queremos que actúen de cierta manera mientras les resulta imposible puesto que literalmente son esclavos y no pueden hacer nada para cambiar.  El evangelio de Juan capítulo 8 escuchamos a Jesús decirle a los judíos: si escuchan y guardan mis palabras serán mis discípulos y conocerán la verdad y la verdad los hará libres.  La biblia es la palabra de Dios.  Al permanecer en ella, estudiándola, meditando en ella, leyéndola, conocemos la verdad y es a través de ella que llegamos a la libertad.  Por medio de la palabra nos encontramos con el Señor y por medio de ella aceptamos su amor y nos arrepentimos de nuestros pecados.  ¡Así llegamos a esa libertad!  Mientras tanto, los que se encuentran fuera de esto están atrapados.  ¿Lo puedes entender?  No es un mito ni una novela.  Es una realidad.  Cristo murió para darnos libertad y es nuestro deber compartir este hecho.  ¡Hagámoslo! 

Oración

Padre: gracias por haber enviado a tu Hijo para morir por mi y liberarme de la esclavitud.  Gracias por tu palabra y la oportunidad de estudiarla libremente.  Te pido que entienda este mensaje y abras mi corazón para guardar tus palabras.  En el nombre de Jesús.  Amén