En el Señor hallo
refugio. ¿Cómo pues, se atreven a
decirme: huye al monte, como las aves?
David no estaba pasando un
momento donde todo era fácil y fluía sin ningún problema. Su vida estaba de cabeza y no había nada a la
vista que pudiera ayudarle a tener una esperanza. Por esta razón, la gente cercana a él, gente
que se preocupaba por él y buscaban lo mejor le recomiendan escapar. Huye al
monte David. Mira a tu alrededor y date
cuenta que no tienes nada que hacer aquí.
¡Huye! La verdad es que no es
un mal consejo. Dadas las consecuencias,
lo más adecuado sería huir. Sin embargo,
esta es una gran enseñanza para nuestra vida tanto en lo espiritual como en lo
carnal. Mientras nuestros seres queridos
pueden darnos buenos consejos con buenas intenciones, debemos poner nuestra
confianza en la palabra de Dios. Tu
mente, tus pensamientos, todo tu ser puede estar queriendo ir en un sentido
mientras que tu espíritu, tu inteligencia espiritual, te encamina por otro
lado. ¿A cuál vas a seguir? David, en su sabiduría y entrega, fácilmente
discierne entre lo que es obedecer a sus instintos y su carne en general versus
confiar en el Señor y dejar que Él reine.
Por esa razón dice: ¿cómo se atreven a pedirme que huya? Él lo ve claramente. No duda un instante que no debe huir sino
confiar en el Señor y dejar que Él muestre el camino. Así también tenemos que ser nosotros. No actúes inmediatamente. Pon tus deseos a los pies del Señor y
compáralos con su palabra. ¿Realmente se
agrada el Señor de lo que piensas hacer?
¿Estás queriendo justificar tus acciones? Aunque parezca difícil, la realidad es que,
cuando buscamos la voluntad del Señor por encima de la nuestra, la decisión es
muy clara. Lo difícil es dejar que Su
voluntad esté primero que la nuestra. Seamos
honestos. No es fácil entregar tu vida,
tus decisiones, tus sentimientos, tu todo.
Sin embargo, David, junto con muchos otros ejemplos de la biblia, nos
ayudan a entender que es lo mejor que podemos hacer. Cada vez que uno decide a favor del Espíritu,
hay bendición. No lo dudes. Tu vida será bendecida al momento en que dejas
que, en cada área de tu vida, Dios reine.
Tal vez no lo veas claramente. Tal
vez los consejos que te han dado sean bien intencionados pero en contra de la
voluntad de Dios. Piensa por un momento
en dónde estás parado y hacia dónde quieres ir.
¿Es la dirección que Dios ha trazado o que tú has trazado?
Oración
Padre: vengo a pedirte
perdón por mis pecados. A pedirte que me
des la fuerza para entregarte mi vida y poder confiar plenamente en Ti así como
lo hizo David sin importar sus circunstancias.
Te pido abras mis ojos y dobles mi orgullo para poder darme cuenta de
cuánto estorbo tu trabajo en mí. Gracias
por tu palabra y la oportunidad de aprender de ella y corregir mi camino. En el nombre de Cristo Jesús. Amén
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