El Señor es justo y ama lo
que es justo; ¡por eso lo verán cara a cara los sinceros!
Romanos 3:10 nos dice que
no hay un solo justo en la tierra. En la misma carta de los romanos encontramos,
en el capítulo 8 versículo 30, que es Dios mismo quien nos justifica. Esto no quiere decir que Dios justifica a
todos y por consecuencia nadie será castigado.
Si bien, el sacrificio de Cristo podría cubrir a la humanidad entera, no
todos serán justificados. Acabamos de
estudiar en el pasaje anterior que el infierno existe al igual que el
cielo. Una y otra vez se nos repite
sobre el castigo que reciben aquellos que no han sido justificados. Por lo tanto, leyendo el pasaje de hoy,
podemos entender que solamente aquellos que Dios justifica pueden verle cara a
cara. Los demás, no solo no le verán
cara a cara sino que serán echados al infierno.
En Génesis encontramos a Lot intercediendo por Sodoma y Gomorra pero no
se encontró uno solo que pudiera ser justificado y todos sabemos cómo
terminaron esas ciudades. No debemos
confundirnos con lo que la gente dice: Dios es amor, y pensar que no traerá
juicio y castigo. Es Satanás mismo quien
quiere permear este tipo de filosofía.
Dios no es mentiroso y cumple su palabra. Por consecuencia, Él traerá castigo sobre
todos aquellos que no reciban a su Hijo.
Él verá cara a cara a todos los que hemos sido justificados pero enviará
al infierno a los que prefirieron las tinieblas.
Sé que no es fácil este
tema. Sé que causa incomodidad e incluso
cuestionamientos. Pero también sé, que
Dios nos pide que prediquemos su palabra entera y así te la estoy compartiendo
el día de hoy. No se trata que me creas
ni que estés de acuerdo conmigo. Lo
único que estoy haciendo es compartir el mensaje que Dios ha dejado: Él se
complace en los justos y les verá cara a cara.
Por lo tanto, a los que no han sido justificados, los castigará y serán
enviados al infierno.
Oración
Señor: gracias por
permitirme entender tu palabra y principalmente por perdonar mis pecados y
poder estar limpio ante Ti. Te agradezco
por Jesús mi Salvador y por traer esperanza a mi vida. Te pido pueda mantenerme fiel a tu palabra y
que no me confunda con las trampas de Satanás.
Te lo pido en el nombre de Cristo Jesús.
Amén
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