Pues todos sus juicios
estuvieron dentro de mí y no me he apartado de sus estatutos. Fui recto para con Él y me he guardado de mi
maldad. Por lo cual me ha recompensado
Jehová conforme a mi justicia, conforme a la limpieza de mis manos delante de
su vista.
¿A quién acudes para pedir
consejo? Piénsalo. Puede ser que seas del estilo “llanero
solitario” que piensa que no necesita contarle sus problemas a nadie y que son
totalmente privados como para tener que compartirlos. También puedes estar en el extremo opuesto
donde todos se enteran de lo que te sucede y al mismo tiempo opinan sobre lo
que debieras hacer. La biblia nos dice:
en la multitud de consejeros está la seguridad, la victoria y se afirman los
pensamientos (Proverbios 11:4, 15:22, 24:6).
Entonces debemos entender que pedir consejo es bueno y necesario. Sin embargo, no cualquiera nos dará una buena
opinión. Pueden ser bien intencionados
pero muy alejados del Señor. Ahora, ¿qué
tiene que ver esto con el versículo de hoy?
Bien. Muchas veces clamamos a
Dios. Le contamos todos nuestros
problemas. Le invocamos. Le rogamos.
Y nunca cuestionamos qué quiere que hagamos. Queremos recibir las bendiciones del Señor
pero no nos preocupamos por hacer lo que Dios quiere que hagamos. El pasaje dice que David mantuvo los
estatutos del Señor, fue recto para con Él y se apartó de su maldad. Es importante que busques el consejo de una
persona que conoce de la palabra de Dios y está entregada a Él. Solamente así podrás imitar lo que David
hizo. De lo contrario, cuando tu carne
quiera actuar y pidas consejo a alguien que no tiene conocimiento de la palabra
de Dios, te dirá que no hay nada malo en buscar tu propio placer. ¿Lo puedes entender? Cada vez que nos encontramos en situaciones
en las que no sabemos que hacer, cuando estamos desesperados, cansados,
angustiados y abrumados, al salir y pedir consejo a un hermano maduro en
Cristo, sus palabras, aunque no nos gusten, serán lo que necesitamos
escuchar. Jonatán fue ese consejero para
David. Además, David constantemente
buscó al Señor antes y durante su persecución.
No había hecho nada malo y estuvo a punto de morir injustamente. Sin embargo, él mantuvo sus principios firmes
y en ningún momento se apartó del Señor y sus mandamientos.
Dios recompensó a David y
también recompensa a todos aquellos que se apartan del pecado y permanecen en
Él. No pierdas la esperanza. No te dejes manipular por lo que ves o
escuchas. Ten fe en el Señor y mantente
firme en Él. No te apartes de su
palabra. No te apartes de la familia en
Cristo. Sin importar las circunstancias,
Él no te ha desamparado. Está trabajando
contigo y quiere formar tu carácter espiritual.
Puede ser duro y no fácil de aceptar pero para eso tenemos la biblia y
sus ejemplos. Estoy seguro que a David
no le gustó huir y temer por su vida. Estoy
seguro que a Job no le gustó perder a sus hijos y vivir con las peores
enfermedades existentes. Sin embargo,
ellos se mantuvieron firmes y no pecaron contra el Señor a pesar de las
injusticias (a ojos del mundo) que estaban atravesando.
Oración
Señor: gracias. Gracias por traer esperanza y perspectiva a
mi vida. Definitivamente no es fácil
morir a la carne pero seguirte y servirte es lo que quiero y deseo hacer en
todo momento. No permitas que me aparte
de Ti. No permitas que peque contra
Ti. Pon consejeros que te amen en mi
camino para siempre recibir las correcciones y direcciones adecuadas. Te lo pido en el nombre de mi Señor Cristo
Jesús. Amén.
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