Vistas de página en total

26 oct 2015

Salmos 18:48-49

Tú me libras del furor de mis enemigos, me exaltas por encima de mis adversarios, me salvas de los hombres violentos.  Por eso Señor, te alabo entre las naciones y canto salmos a tu nombre.



Es Dios quien hace todo.  Cuesta trabajo entenderlo y aceptarlo pero esa es la realidad.  Nuestro orgullo es confrontado contra la soberanía de Él.  A nuestra carne le causa conflicto aceptar que Él nos amó primero, Él nos buscó y Él mandó a su Unigénito para poder reconciliarnos.  Nos ha puesto todo en la mesa para tomarlo y sin embargo, nosotros no lo aceptamos.  Pensamos que tenemos que hacer algo más.  Pensamos que Dios necesita algún tipo de sacrificio de nuestra parte.  Satanás nos engaña y hace pensar que lo que hemos hecho, no tiene perdón.  La realidad es que Jehová ha hecho todo para que tu vengas a sus pies y te des cuenta del amor que se derrama por ti.  Dios quiere hacer lo mismo que hizo por David en tu vida.  Quiere librarte de tus enemigos.  Quiere exaltarte por encima de tus adversarios y salvarte de hombres violentos.  ¿No te parece increíble?  Lo único que pide a cambio es que confieses que Él es el Señor y Salvador.  Aquí entra el conflicto con tu orgullo.  Aquí es cuando la gente contesta: déjame pensarlo; no estoy seguro todavía; no quiero cambiar de religión; y así las excusas abundan.  No son buenos argumentos sino que es la soberbia hablando por ellos al no dejarlos reconocer que uno está mal y que Jehová está bien.  Por eso Dios nos dejó su palabra.  Para examinarla minuciosamente.  Para estudiarla y conocerle profundamente.  Una y otra vez se nos muestra el gran amor que nos tiene el Padre.  Una y otra vez encontramos promesas para llenarnos de bendiciones.  Sin embargo, una y otra vez encontramos advertencias sobre darle la espalda al Señor.  Aquellos que niegan a Cristo en la tierra, Él los desconocerá en el día del juicio.
Dios no está lejos de ti.  Al contrario, está a tu lado esperando a que le entregues tu vida por completo.  No por partes y con condiciones.  Él quiere sentarse en el trono de tu vida y mostrarte cómo su camino es perfecto y lleno de bendición.  ¿Qué vas a decidir?  Tal vez tienes tiempo escuchando de Dios pero realmente no te has comprometido.  Tal vez no sabes bien lo que significa comprometerte pero sientes ese llamado que no te deja en paz.  No dejes pasar más tiempo.  Dobla tus rodillas y entrégate a Él.  No tiene sentido seguir luchando solo cuando Él quiere darte la victoria.  David lo entendió y se rindió ante El.  Dios entonces lo bendijo haciéndolo rey y dándole todo lo que leemos en el pasaje de hoy.  Es tiempo de que hagamos lo mismo que David y nos humillemos ante el único Rey.

Oración

Señor: Toma mi vida entera.  Me entrego a Ti y pido por tu dirección.  No quiero seguir solo y tomando malas decisiones.  Quiero tu victoria, tus bendiciones y tu camino.  Perdona mis pecados y limpia mi ser pues sé que te he ofendido.  Reconozco y confieso que eres Dios, mi Señor y Salvador.  Te pido pueda ser reconciliado con Dios Padre y pueda ser llamado hijo suyo.  En el nombre de Cristo Jesús.  Amén.

No hay comentarios: