Aconteció en Iconio que entraron juntos en la sinagoga
de los judíos, y hablaron de tal manera que creyó una gran multitud de judíos y
asimismo de griegos. Mas los judíos que
no creían excitaron y corrompieron los ánimos de los gentiles contra los
hermanos.
¿No sería increíble que todo nos saliera bien? Pienso en los discípulos reunidos en la noche
platicando sobre lo que había acontecido.
Habían tenido una semana espectacular compartiendo a Cristo y tuvieron
que salir de la ciudad porque algunos judíos crearon conflicto para que no estuvieran
allí. Posteriormente, llegan a Iconio y la
gente sigue amontonándose para escuchar de las buenas nuevas. Después de la gran respuesta, nos dice la biblia
que hubo ciertas personas que no estaban contentas con lo que estaba pasando y decidieron
tomar cartas en el asunto. Ahí estaban ellos,
platicando sobre lo ocurrido y meditando sobre sus siguientes pasos debido a que
se estaba formando un grupo de gente en su contra. ¿No sería bueno que no tuviéramos este tipo de
problemas? Alguno habrá pensado. ¿No sería bueno que tu vida fuera un poco más sencilla?
¿No sería bueno que las cosas fueran distintas?
¿No sería más fácil si no hubiera pasado
esto o aquello? La respuesta a todas estas
preguntas es sencilla: probablemente sí. Entonces ¿para qué permite Dios todo esto? La respuesta es todavía más sencilla: para que
aprendamos a depender de Él. Si los discípulos
no hubieran enfrentado ninguna dificultad, muy probablemente se hubieran olvidado
que el Señor es quien abre caminos. Es nuestra
naturaleza. Piénsalo. ¿Cuántas veces te has olvidado de orar y estudiar
la palabra por que las cosas van avanzando sin problema? Irónicamente, cuando todo va al revés es cuando
más oramos y más queremos escuchar de Dios, pero al terminar la prueba, comenzamos
a “bajar la intensidad”.
Estoy convencido que Dios quiere transformarnos y moldear
nuestro carácter y para ello necesita dar unos cuantos golpes aquí y allá. Unos martillazos al orgullo, otros cuantos más
al carácter y muchos más a nuestra falta de perdón. Todo lo que sucede a tu alrededor sirve para este
propósito. Por esta razón, los discípulos
enfrentaron oposición. Para forjar su carácter
e incrementar su dependencia al Señor.
¿Qué está robando tu paz? ¿Qué te quita el sueño? ¿Qué te preocupa o angustia? ¿Has pensado que todo esto está dentro del plan
de Dios y que necesitas recibir unos cuantos “martillazos”? Seguro que no es fácil atravesar una situación
complicada pero el Señor sabe perfectamente lo que necesitamos y es justamente ahí
donde está trabajando. Tal vez no lo entiendas
y parezca sin sentido pero recuerda que Dios sí sabe lo que está haciendo. Piénsalo.
Oración
Señor: definitivamente no entiendo el por qué de lo que
me acontece pero hoy aprendí que tú tienes un propósito y quiero que lo cumplas
en mi vida. Pon paz en mi corazón y ayúdame
a depender más de Ti y seguirte sin restricción. Perdona mis pecados Padre y no permitas que me
aparte de Ti. Te lo pido en el nombre de
Jesús. Amén
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