El siguiente sábado casi toda la ciudad se congregó
para oír la palabra del Señor. Pero
cuando los judíos vieron a las multitudes, se llenaron de celos y contradecían
con maldiciones lo que Pablo decía.
Cada vez que leo historias como esta, me pongo a
pensar en las distintas estrategias que, como humanos, hubiéramos empleado para
tratar de alcanzar el mismo resultado.
Nos dice la biblia que casi toda la ciudad se presentó para escuchar lo
que Pablo y Bernabé tenían que decir acerca de Dios. Algunas ideas que me llegan a la mente para
juntar a tal cantidad de personas es utilizar a la mejor agencia de publicidad,
estudiar los nichos de mercado, las edades en la población y demás
variables. No dejar que ni una sola
persona esté enterada de que los discípulos hablarían el siguiente sábado. Buscar a los mejores oradores. Que sean famosos y que tuvieran mucha
personalidad. Además, regalaría comida o
alguna playera por atender al evento.
¿Crees que sería suficiente?
Aunque suene un poco tonto e irónico todo lo que acabo de escribir, es
un simple ejemplo de cómo cuestionamos los planes del Señor porque no se adaptan
a lo que tenemos en mente. Dios nos
muestra un camino y nosotros nos encargamos de llenarlo de
cuestionamientos. Queremos corregir esto
y aquello. Pensamos que a Dios se le
olvidaron algunas cosas y ponemos más de “nuestra cosecha”. Finalmente terminamos bloqueando los planes
de Dios y los milagros que quiere hacer en nuestra vida. Dios no necesita agencias de publicidad ni
estudios de mercado. Tampoco necesita
que le ayudes. Él tiene control
pleno. ¿Lo puedes entender? Solamente con su palabra podemos llenar
estadios. ¡No necesitamos nada más
porque su palabra es suficiente! Ahora las
iglesias buscan más entretener que llevar el mensaje de salvación. Piensan que las congregaciones son más
numerosas si el evangelio se diluye para no ser tan “estrictos”.
Meditemos en esto por un momento. Si quieres servir a Dios, debes ponerte a Su
disposición. Dejar que Él muestre el
camino. Es probable que no entiendas
todo lo que suceda pero debes saber esto: Él está presente y Él sí sabe lo que
está haciendo. Así como utilizó a dos
personas comunes para atraer a casi toda una ciudad, así quiere utilizarnos a
ti y a mí el día de hoy. Busquemos
servir. Busquemos compartir lo que Dios
tiene para nosotros. ¿Cómo podemos
quedarnos tantas bendiciones para nosotros mismos y no compartirlas? Pablo y Bernabé llevaron el mensaje de Jesús
y dejaron que el Señor se encargara de los planes y del impacto que
tendrían. Por ello, tuvieron esos
resultados. ¡Deja que los planes de Dios
te dirijan! Ya no estorbes ni
cuestiones. ¿Crees en el Señor? ¡Déjalo trabajar! Date cuenta de los milagros que hizo y quiere hacer
en tu vida. Puede resultar difícil porque
estás acostumbrado a hacer lo contrario pero créeme que no te vas a arrepentir.
Oración
Padre: Quiero pedirte perdón por cuestionar tanto tus planes
y querer cambiar todo en lugar de dejarte trabajar. Hoy te pido que pongas fe en mi corazón y paz para
poder esperar en Tus tiempos. Gracias por
demostrarme que haces grandes cosas con personas comunes y gracias por recordarme
que eres tú quien debe brillar siempre. Gracias por tu amor. En Cristo Jesús. Amén
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